Kun Agüero liberó a Pa’ Lionel ‘argentinizando’ su comportamiento

Kun Agüero liberó a Pa’ Lionel ‘argentinizando’ su comportamiento

Lionel Messi es el único futbolista de la albiceleste que no comparte habitación en la Qatar University donde el seleccionador Scaloni dispuso estancias de dos para fomentar el compañerismo. Leo prefirió estar solo. Una arritmia en el corazón dejó a Messi sin su compañero estos últimos 16 años, su gran amigo, el tipo que hace reír a Lionel y que convierte cada instante de su vida en un juego. El Kun Agüero habría instalado su Play en el lado derecho de la habitación, más cerca de la puerta, y organizado los mates y las reuniones. Dicharachero, divertido, desacomplejado, optimista, risueño e imaginativo, así es el Kun Agüero, la clave para entender la ‘argentinización’ de Leo, que no es más que la exteriorización de lo que siempre ha sido.

Los 50 días de concentración y aislamiento por la pandemia del Covid en la Copa América de Brasil sirvió para que un grupo renovado conociera cómo es Messi y perdiera el miedo a bromear con un futbolista que era ídolo de todos ellos. El Kun Agüero estaba siempre de ‘joda’, bromeando con todos, haciendo que Lionel riese hasta en las situaciones más complejas. Porque esa es la forma de ser del mejor amigo de Messi, con el que llevaba años compartiendo carrera en las inferiores de Argentina, con el que fue campeón del mundo sub-20 en Holanda, oro en los JJOO de Pekín. Junto a él conquistó la Copa América del Maracanazo la de la liberación, aunque el Kun no jugase en la final, pero la foto abrazado a Messi y a la Copa dio la vuelta al mundo.

Lio necesita al Kun cerca porque es el que mejor le entiende. El que saca al Lionel chico, al que creció en Rosario, el que soñaba con Newells pero que tuvo que emigrar para seguir un tratamiento hormonal para crecer. Y ahí cambio su forma de expresar. En Barcelona pudo más su timidez, su forma de protegerse era observar.

En su debut con la selección argentina en un amistoso en Hungría, Leo nos explicaba en una deliciosa entrevista que “prefiero escuchar que hablar, observar a hablar, así aprendo para cuando tenga que decir algo”. Eso es lo que ha estado haciendo durante dos décadas. Messi vivía encorsetado en cuanto a emociones, se expresaba con su fútbol y no tenía necesidad de más. Conseguía Leo en el Barça contagiar alegría con un balón en los pies, provocaba tanto que apenas elevaba los brazos para dedicar a su abuela, pero no le vimos agitarlos como hace en Argentina, acompañando cada movimiento de brazos de cánticos.

Pero con el Kun Agüero cerca esos 50 días en Brasil en los que no tuvieron ni contacto con sus familias por el protocolo Covid, Leo se fue soltando. Primero era con los mates y las bromas del Kun, después con las partidas de la Play, más tarde en las charlas. El grupo lo compartió todo, el nacimiento de un hijo, los problemas de parejas, los miedos, las frustraciones, los detalles de convivencia que te unen para siempre. La Copa América no fue sólo la liberación porque por fin la Argentina de Messi conquistaba un título importante, fue la liberación de Messi porque ahí podía ser él, sin miedo al prejuicio de ser señalado como diferente.

Agüero y Messi, celebrando la consecución de la Copa América

Buda Mendes

Barcelona no admite excesos. Todo es muy formal. Después están las dificultades iniciales de su familia cuando vivían los Messi en la Travessera de les Corts en un pisito que les cedió el club cuando Leo tenía 15 años. Los problemas de sus hermanos Mateo y MariSol en la escuela por ser argentinos y no hablar catalán, los comentarios despectivos, el ‘sudacas’ que habían escuchado alguna vez en la escalera, la vuelta a Rosario de su madre Celia con sus dos hermanos menores porque no se adaptaban. Porque eran diferentes. Porque ser argentino y la forma de expresar de los argentinos les hacia diferentes. Jorge Messi tuvo entonces una conversación su hijo Lionel. Le preguntó si valía la pena el esfuerzo. Y Leo decidió que quería quedarse, triunfar en el Camp Nou. Y se quedó. Y conquistó con su fútbol. Pero nunca expresó su alegría como hace ahora. Eso sí, nunca perdió su acento rosarino, nunca dejó de hacer asados, de comer la milanesa a la napolitana, de buscar las empanadillas y los alfajores, nunca dejó de ver la televisión argentina. Todo a su alrededor era argentino.

Barcelona no es Buenos Aires. Lo notó el Kun los meses que vivió en la Ciudad Condal hasta que una arritmia en el corazón le alejase de los terrenos de juego. El Kun fue el que llevó a casa de Messi a Ibai Llanos el día que Lionel se despedía del Barça y el único motivo de esta presencia es que Leo olvidase por un momento el dolor del adiós y riera.

Cuando llegó la albiceleste a Qatar, el Kun Agüero ya estaba instalado en un piso de la ciudad desde donde organizaba sus sesiones de Twitch pero para poder estar con el grupo en la Qatar University necesitaba una acreditación que no le daban. El Kun hizo público su malestar: “Es medio raro el tema. Me parece raro que tarden tres o cuatro días en darme una credencial. Si no quieren que vaya, que me lo digan a la cara”, dijo en una charla con Jero Freixas. Messi tardó medio segundo en arreglarlo. Necesitaba que el Kun estuviera cerca, no sólo por él, más por los muchachos.

Desde entonces, el Kun está en todos los asados. Está con ellos en el terreno de juego para festejar o en el vestuario cuando todos se abrazaban bailando porque habían alcanzado una final. El Kun entregó incluso un trofeo MVP a Lionel Messi y los dos se morían de la risa.


La argentinización de Lionel Messi no habría sido posible sin el Kun Agüero cerca. Es el que relaja y desinhibe a Leo. Es el que le contagia risa fácil hasta cuando explica que casi se muere cuando recibió un mensaje del ‘Canelo’ Álvarez, el boxeador mexicano que había malinterpretado una acción en el vestuario después de la victoria contra México. Ahí estarán los dos juntos, el que fuera yerno de Maradona y el mejor del mundo. El Kun, su alegría y su amigo.

Daddy, el masajista que mejor le conoce

Daddy es otra de las personas claves para entender la seguridad de Leo. El masajista ha estado presente en los grandes momentos, incluso viajaba a Barcelona cuando Lionel necesitaba tranquilidad después de algún problema físico. Conoce los isquiotibiales de Leo como nadie. Por eso cuando Leo empezó a sentir molestias en el izquierdo en el partido contra Croacia se despertaron todas las alertas. Lionel no estaba cómodo. En la media parte, Daddy, el kinesiólogo, estuvo trabajando esa zona. No hay lesión pero tiene los isquiotibiales cargados. Lionel estuvo en el terreno de juego los 90 minutos y estos días sólo descansará; piscinas de contraste y fisioterapia. Con 35 años es normal que note molestias pero está a un partido de conseguir el sueño de ser campeón.




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