La afición del Athletic protagoniza otra gran fiesta lejos de Bilbao


Los leones acababan de caer por 1-0 tras protagonizar un infumable primer tiempo y reaccionar sin puntería en un más aceptable segundo y los gritos de “Athletic, Athletic” volvían a arreciar en el sector mayoritario de seguidores rojiblancos presentes en el estadio de Zorrilla. Ni el solazo reinante, ni el resultado, ni la imagen dada por los suyos antes del descanso, ni las complicaciones de cara a Europa… El equipo rojiblanco es lo primero para ellos independientemente del resultado.

La presión de la afición albivioleta se notó desde cerca de dos horas antes del inicio del encuentro. El autobús del Athletic llegó a Zorrilla en medio de pitos y gritos de ánimo al Pucela. Los leones, con Nolaskoain e Ibai a la cabeza del grupo que pisó por primera vez el césped, empezaban a hacerse una idea de lo que les esperaba a nivel ambiental.

El equipo de Garitano, en cualquier caso, tampoco caminó solo en esta ocasión. El centro de Valladolid se pobló desde primeras horas del día de aficionados rojiblancos. También hubo nutrida representación, alrededor de 2.000 almas, en las gradas. La actividad del presidente también fue frenética con visita a peñas cercanas, desplazamiento a Madrid, ojeada al JuvenilAitor Elizegi no para.

El club local lo tenía muy claro. “Duelo de intereses entre el Pucela y un crecido Athletic”, rezaba el titular de la portada de la revista distribuida dentro del campo. “Aunque los esfuerzos futbolísticos siguen siendo titánicos, el naúfrago sigue con el agua al cuello, con problemas para sacar la cabeza y respirar porque fuerzas externas contribuyen a su hundimiento. Los remolinos ‘VARísticos’ succionan a los blanquivioletas hacia otra dimensión y aunque sus dotes nadadoras en algunos momentos están siendo brillantes, no son suficientes para su salvación”. Mateu Lahoz, encorbatado y con gafas de sol durante el reconocimiento del estado del campo, tenía la palabra.

Las gafas de Mateu

Luego, quizás al dejar en el vestuarios los comentados anteojos, dejó de ver un penalti por manotazo de un defensa del Valladolid dentro de su área a centro de Yuri. Ni el VAR le sacó del error, a pesar de que esperó alguna indicación. Una acción más que junto a otras de difícil comprensión acabaron sacando de quicio a jugadores como San José y Yuri, entre otros. El colegiado internacional suele acaparar un protagonismo que no le corresponde.

La realidad es terca. Mateu ha pitado al Athletic en un total de 33 ocasiones con un bagaje de 21 derrotas rojiblancas, seis empates y otras tantas victorias. La derrota sufrida por el equipo de Garitano, en cualquier caso, no es achacable a la actuación del colegiado. Al contrario.

Si los leones se hubiesen tomado el duelo a modo y manera del segundo tiempo, quizás ahora estaríamos hablando de otro resultado. Fiarlo casi todo a no recibir no siempre da resultados. Ayer volvió a demostrarse.


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