Como es casi preceptivo por estas fechas, lo que procede es el análisis de la temporada, y a fe que esta vez nos lo han puesto complicado, porque, a bote pronto, esto es un galimatías casi insondable.
Ha sido un ejercicio marcado fundamentalmente por dos aspectos: el irregular comportamiento del equipo y la plaga de lesiones sufridas.
Veamos cuál es la valoración del equipo analizándolo por líneas.
Comenzando por la portería, nos topamos con el primer misterio. ¿Cómo explicar que un cuestionadísimo Rulli acabara jugando exactamente el triple de partidos que Moyá, que parecía llamado a una incuestionable titularidad? El argentino mejoró sus números en el tramo final, claro que a todos los futbolistas les gustaría disfrutar de tantas oportunidades.
La defensa fue una línea en la que las lesiones se cebaron de manera notable, por lo que prácticamente nadie pudo disfrutar de la continuidad deseable, excepto, tal vez, Theo, una de las grandes decepciones. Probablemente el único que se salvó de la quema fue Aritz, ‘el hombre comodín’, que, lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Y aquí, cabe destacar la aparición estelar de un chaval del filial, Aihen, que vino para parchear en un momento concreto, y terminó por convertirse casi en imprescindible.
Nos ocupamos a continuación de la línea medular, donde debíamos encontrar el alma de este equipo, aquellos futbolistas que imprimen el sello del equipo. Pero aquí , de nuevo las lesiones se mostraron inmisericordes, y unos tras otro, fueron cayendo los Illarramendi, Zurutuza, Merino, y Zubeldia en distintos tramos de la competición, al punto de que el entrenador sólo pudo alinear a su centro del campo titular en un par de ocasiones, curiosamente saldadas ambas con victorias, frente al Real Madrid y Athletic.
Esto condujo a un escenario en el que, actores secundarios cobrarán un inesperado protagonismo. Muy difícil extraer conclusiones definitivas en esta demarcación, de la que cabía esperar resultados muy por encima de los obtenidos.
La analítica del equipo II
Y llegamos a la línea de definición, donde las cosas tampoco coadyuvan a mejorar el balance general. Por una parte, estaría Bautista, al que apenas se le ofrecieron oportunidades, y las que recibió estaban cargadas de urgencias, algo difícil de gestionar para alguien con tan pocos minutos. En el otro extremo se encuentra Sandro, que dispuso de todas las oportunidades, pero no aprovechó ninguna. A mi parecer, la gran decepción, ya que esperaba de él una recuperación que nunca se produjo. A medio camino nos encontramos con dos de los activos más valiosos de esta plantilla, Willian
José y Januzaj. Juntos y en su mejor versión, esta Real podría extraer pingües beneficios, pero por fas o por nefas, ambos han estado muy lejos de su mejor nivel. Y, finalmente, por supuesto, el sobresaliente para Oyarzabal, quien no le ha hecho ascos a una carga de partidos descomunal, a pesar de lo cual, ha sido el referente de este equipo a lo largo de toda la temporada. Y un recordatorio muy especial para un chaval, casi un niño, Barrenetxea, que con tan sólo nueve apariciones, ha encandilado a la parroquia. El futuro es suyo.
Conclusión: La analítica efectuada al paciente no resulta suficientemente reveladora, por lo que se aconseja la realización de pruebas suplementarias.
Garitano, el hombre equivocado
Llegó a la Real con el aval de un gran trabajo en el Leganés, en la creencia de que podría repetir los mismos logros en Anoeta. Pero lo cierto es que esta decisión se reveló errónea, primero, porque Garitano no era el hombre apropiado para el tipo de fútbol que postulaba el club, que, además, tampoco supo rodearlo del entorno adecuado para el buen desempeño de su labor.
Imanol al volante
Visto lo visto, probablemente habría sido más sensato sentar en el banquillo al oriotarra el pasado verano, pero hubo de pasar un tiempo antes de reconocer el error, dar un volantazo y conceder la dirección del equipo a Imanol. El lo dotó de sensatez, equilibrio y carácter, aunque no siempre se reflejara sobre el verde. Ha demostrado que la Primera no le viene grande, y la apuesta por él es firme…veremos hasta cuándo.
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