La árbitra Guadalupe Porras rompe la última barrera

Una vez conquistado el terreno de los banquillos -con Natalia Arroyo, María Pry y Jenny Benítez en la Primera Iberdrola-, el de las presidentas de clubs de fútbol –Manuela Romero en el Sporting Huelva o Lola Romero en el Atlético– o el de las agentes de futbolistas –Carlota Planas en Unik Sports Management-, la última barrera en el fútbol femenino tampoco se le ha resistido a la mujer con la llegada de Guadalupe Porras Ayuso a la elite del arbitraje.

En un ámbito delicado, fuente de insultos e improperios, esta extremeña de 33 años se ha sentido siempre como pez en el agua. El pasado 29 de octubre, pasaba a la historia al convertirse en la primera árbitra española en un partido masculino internacional. Ejerció de asistente en el duelo de la segunda jornada de la Europa League entre el LASK Linz y el Ludogorets

Su trayectoria se ha labrado a ritmo de récord. Ascendió a la Primera División masculina en 2019, con 31 años, para convertirse en la primera colegiada en debutar en la máxima categoría española en un Mallorca-Eibar.

Internacional desde 2014 y con experiencia en la Champions League femenina, tiene claro que ya es un referente en un ámbito de claro acento masculino.

Guadalupe Porras, la primera árbitra que actúa como juez asistente en la máxima categoría de nuestro fútbol
Guadalupe Porras, la primera árbitra que actúa como juez asistente en la máxima categoría de nuestro fútbol

“Todas las chicas que empiezan pueden ver que se puede lograr cualquier objetivo que se propongan. Es un mundo muy duro, pero todo se puede conseguir con trabajo y sacrificio”, destaca.

Fue futbolista y soldado antes de adentrarse en el complejo mundo del arbitraje. Esta pacense nacida en Madrid jugaba de extremo en la Primera División femenina y también en la selección extremeña. Explica que a los 16 años recién cumplidos, un amigo de su tío, que era árbitro, le propuso que probara a vestirse de negro. ¿Una mujer dirigiendo partidos?

Eran otros tiempos -y no hace tanto, apenas 17- en que la figura de una mujer con un silbato en el campo no siempre era bien recibida, pero Guadalupe no dudó en convertirse en una pionera. Compaginó su rol de futbolista y árbitra durante un tiempo, al que se unió después su faceta como soldado en el ejército en Orellana la Vieja, el cual abandonó en 2014 tras nueve años de trabajo militar. Finalmente, tuvo que tomar una decisión sobre qué camino tomar y lo tuvo claro.

“Si el hecho de que yo esté aquí va a abrir las puertas a muchas chicas que comienzan, yo encantada. Está bien que se vaya normalizando la presencia en cualquier ámbito laboral. Y espero que dentro de unos años alguien como yo no salga en la prensa”, desea esta mujer que no ha evitado lograr una enorme popularidad.

Insiste en que quiere que se le exija exactamente lo mismo que a un hombre, sin distinciones. “Yo no quiero ser igual a un hombre. Quiero igualdad, que se me exija lo mismo”, sostiene, al tiempo que relata que no hay diferencia entre arbitrar a hombres y a mujeres y asevera que “no te insultan más por ser mujer”


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