La archidiócesis de Los Ángeles prohíbe la música del cura español Cesáreo Gabaráin, estrella de las canciones de misa, acusado de abusos


La archidiócesis de Los Ángeles, la más grande de Estados Unidos con más de cinco millones de fieles, ha decidido prohibir el uso de la música religiosa compuesta por Cesáreo Gabaráin, el cura español acusado de abusos por al menos 17 víctimas en un colegio de los maristas de Madrid y en Gipuzkoa, según reveló EL PAÍS el pasado mes de agosto. La archidiócesis fundamenta su decisión en que la congregación marista recibió “acusaciones creíbles de abuso de menores”. Este sacerdote vasco, fallecido en 1991, es el más famoso autor de música litúrgica de España, creador de populares canciones de misa como Tú has venido a la orilla o Juntos como hermanos, traducidas y muy conocidas en todo el mundo católico. “La archidiócesis se opone a cualquier conducta sexual inapropiada y se compromete a ofrecer nuestro apoyo a las víctimas sobrevivientes del abuso”, informa un comunicado de la región, encabezada por el arzobispo José Gómez, quien desde 2019 preside también la Conferencia nacional de obispos.

Esta actitud contrasta con la de la Iglesia española, que desde hace tres meses guarda silencio sobre el caso y no ha revelado cómo fue posible el encubrimiento de las acusaciones de abusos, pues un grupo de alumnos le denunció ante la dirección del colegio marista de Chamberí, en Madrid, en 1978. Sin embargo, Gabaráin fue trasladado a otro colegio y tres meses más tarde fue nombrado por Juan Pablo II prelado de honor de Su Santidad. Ni los maristas, ni la archidiócesis de Madrid, ni la de San Sebastián, el lugar de origen del clérigo, han aclarado el caso.

El responsable de la archidiócesis madrileña era entonces el presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), el cardenal Vicente Enrique y Tarancón. Preguntado al respecto, el portavoz de los obispos españoles, Luis Argüello declaró: “Por parte de la Conferencia Episcopal no hay ninguna decisión de abrir ninguna investigación y habría que ver en la diócesis referida si ellos quieren hacerlo o no, pero francamente lo dudo”. Poco antes había admitido que, a diferencia de la Iglesia de Francia, que ha hecho salir a la luz más de 330.000 víctimas, la española no es “proactiva” en la investigación de los casos de pederastia en el clero.

En cuanto al uso de su música, a preguntas de este periódico, Argüello rechazó la posibilidad de vetarla: “Yo creo que sería bueno que en este tipo de asuntos tuviéramos la capacidad de distinguir. Es decir, si esta persona es compositor musical, decir que su obra musical queda contaminada por lo que pudiera haber dicho o hecho me parece exagerado. Sus canciones habrá que valorarlas por su calidad musical. No iniciar algo que supera un avance del tiempo moderno, porque este tipo de condena es propia de tiempos medievales”. No obstante, ahora su música ha quedado prohibida en Los Ángeles, una vasta red de 288 parroquias, 265 escuelas y casi 50 ministerios, repartidos en 22.000 kilómetros cuadrados en tres condados. La archidiócesis quiso precisar que no tiene registros de que Gabaráin haya servido en Los Ángeles.

La decisión de la Iglesia angelina sigue a la tomada por la Oregon Catholic Press (OCP), dueña de los derechos de autor del sacerdote en el país, el pasado mes de agosto, tras las informaciones de EL PAÍS. Cualquiera que intente comprar en Estados Unidos los derechos de alguna de las composiciones de misa de Cesáreo Gabaraín se topará con este mensaje: “El perfil del compositor, canciones y productos han sido retirados a la espera de los resultados de la archidiócesis de Madrid en la investigación de las acusaciones de abuso”. “Tomamos las acusaciones de forma muy seria”, indicó la empresa en un comunicado, agregando que eliminaría de su sitio de internet, donde se manejan las licencias de 20.000 temas, el perfil del compositor junto a las canciones, cedés, partituras y cancioneros hasta que se concluya la investigación. “Sus canciones son amadas por muchos y aparecen en misas e himnos de varias denominaciones. Nosotros rezamos y apoyamos a las víctimas de abuso y una investigación justa y exitosa por parte de la Archidiócesis de Madrid”, afirma el texto. La empresa editora indica también que donará el porcentaje de las regalías que le corresponde de los temas de Gabaráin a una organización de apoyo a víctimas, sin especificar a cuál. Los populares temas del cura, el único religioso español ganador de un disco de oro, no son reproducidos desde octubre en el tercer sistema escolar más grande de California, con una población de 40 millones de habitantes.

Esta es la segunda ocasión en que la archidiócesis de Los Ángeles prohíbe música de un sacerdote señalado. En octubre de 2020 tomó una decisión similar con las composiciones de David Haas, quien está vivo y ha sido despojado de toda capacidad para oficiar o interpretar sus temas en la ciudad californiana. Esto después de la publicación de un reporte con el testimonio de 44 mujeres víctimas de Haas desde 1979.

Gabaráin no solo compuso música litúrgica, también es el autor de La muerte no es el final, el himno oficial desde 1981 en los homenajes a fallecidos en acto de servicio de las Fuerzas Armadas y de los cuerpos de seguridad del Estado. La pieza se interpreta en uno de los momentos centrales del desfile del 12 de octubre, en el homenaje a los caídos, y la canta el propio Rey, que preside el acto. Un grupo de víctimas pidió este año que no fuera interpretada, pero su petición no fue atendida. Este periódico preguntó tanto al Ministerio de Defensa como al del Interior, pero ambos han guardado silencio sobre la cuestión, hasta hoy, sin dar ninguna respuesta. También planteó la cuestión a la Casa del Rey, que ha contestado después de la fiesta nacional. Un portavoz explica que “esta Casa no tiene nada que ver en la utilización de la referida composición musical, que es, en todo caso, el Ministerio de Defensa la institución competente e instructora de los actos de carácter militar, en los que fija el momento de su interpretación para honrar a todos los caídos por España a lo largo de los tiempos”. En este sentido, remite al Ministerio de Defensa.

En cuanto a si Felipe VI cantaría o no la canción, un detalle que no pudo aclararse porque llevaba mascarilla, la Casa del Rey solo señala, sin responder la pregunta, que “es un tiempo solemne establecido en determinados actos de las Fuerzas Armadas y al que se atiene Su Majestad”. En resumen, indica que el Rey actúa como le marca el protocolo y no es decisión suya.

El cura hizo toda su exitosa trayectoria en España. Nació en Hernani en 1936 y estudió el seminario en Zaragoza. Posteriormente fue capellán en un colegio marista en Antzuola, Guipuzkoa. Luego viajó a Madrid, donde han surgido las acusaciones de abusos de exalumnos del centro marista. Después de publicarse los primeros testimonios, la provincia marista Ibérica aseguró desconocer el caso. En julio expresó su dolor por los episodios de “abusos sexuales sufridos por varios estudiantes”. “Condenamos estos hechos y pedimos perdón a las víctimas por no haber podido protegerlas, cuidarlas y por no haber manejado adecuadamente estas situaciones”, manifestó la congregación.

La archidiócesis angelina dice oponerse a las conductas sexuales inapropiadas con una política de tolerancia cero y se compromete a apoyar a las víctimas de los depredadores sexuales en el interior de la Iglesia. Pide compartir cualquier información o denuncias sobre este tipo de delitos en el correo protect@la-archdiocese.org. Esta visión sobre uno de los principales lastres de la institución católica fue una lección duramente aprendida. La archidiócesis despojó en 2013 de todo poder al cardenal Roger Mahony, quien estuvo 25 años al frente de la institución, tras confirmarse que protegió a un centenar de depredadores durante años.

Esta región fue una de las primeras en Estados Unidos que comenzó a hacer visibles los abusos cometidos por sus religiosos. Lo hizo con un informe en 2004 que contenía nombres de curas vivos y muertos. También ha revisado los antecedentes y ha tomado muestras de las huellas dactilares de 260.000 adultos que trabajan con niños. Hasta 2019, la organización había pagado 740 millones de dólares a decenas de víctimas abusadas a lo largo de décadas. Estos casos siguen llegando a los tribunales gracias a una ley adoptada por California en 2019 que amplía los periodos de prescripción de este tipo de delitos. En febrero del año pasado un hombre acudió a los tribunales a demandar justicia por haber sido violado por un cura hace 28 años.

Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escríbanos con su denuncia a abusos@elpais.es


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