El Partido Demócrata hizo este miércoles su primer examen público sobre la adhesión que despierta entre los legisladores la posibilidad de impulsar un proceso de destitución o impeachment contra el presidente de Estados Unidos. La Cámara de Representantes, de mayoría progresista, tumbó en masa el primer intento, impulsado por un legislador de Texas. De hecho, lo que aprobaron con una abrumadora mayoría fue no tener que votar siquiera contra la resolución que planteaba poner en marcha el proceso en sí misma. Así, liquidaron el asunto con un voto procedimental y evitaron tener que pronunciarse de forma directa sobre los artículos del impeachment a Donald Trump. La medida salió con el apoyo de 332 representantes (137 de ellos, demócratas) y el rechazo de 95.
Ese cerca de un centenar da una pista sobre la temperatura del Partido Demócrata sobre la posibilidad de esa suerte de juicio parlamentario que significa un proceso de destitución, pero solo una pista, ya que la intentona, registrada el martes, no nació con demasiada meditación ni diálogo previo con los compañeros de filas. El texano Al Green actuó en solitario al calor de la polémica racista contra cuatro congresistas, acusando al presidente de delitos graves y menores. “Tenemos que dejar saber al mundo cómo nos sentimos al tener a un intolerante en la Casa Blanca”, ha dicho dijo Green este miércoles.
Pero un proceso de impeachment es un asunto muy diferente de una expresión de sentimientos. Significa juzgar en el Congreso a un presidente por crímenes de suficiente gravedad como para que se justifique su destitución y posterior procesamiento. Llevar a cabo semejante proceso sin los cargos a juzgar lo suficientemente atado o sin atisbo de éxito puede convertirse en contraproducente políticamente para el partido que lo impulsa, como demostró el caso de Bill Clinton. Ese es el punto que divide a los demócratas y preocupa especialmente a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.
Este miércoles, antes de comenzar la votación, Pelosi recordó: “Tenemos seis comités que están trabajando en los siguientes hechos en materia de abuso de poder, obstrucción a la justicia y el resto de cosas en las que el presidente se puede haber involucrado”, dijo la jefa de los demócratas en el Congreso, “ese es el serio camino en el que estamos”.
El debate sobre el impeachment comenzó a raíz de la investigación de la trama rusa, es decir, la injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016 y la posible connivencia de Trump y su entorno en esta estratagema. La investigación del fiscal especial no halló pruebas suficientes de conspiración, pero dejó abierta la posibilidad de que el presidente hubiese cometido obstrucción a la justicia.
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