La convulsa semana de Martin Odegaard

La pandemia ha cambiado los algoritmos básicos de un futbolista de élite. Es innegable. Ahora, los jugadores deben cuidarse aún más para no contraer el virus, acuden con mascarilla al banquillo y han perdido el contacto con el aficionado entre otras muchas más consecuencias.

Sin embargo, lo que ha vivido durante esta semana Martin
Odegaard ha superado lo establecido. El noruego, que estaba entre los convocados para jugar con su selección durante este parón, ha regresado a Madrid antes de tiempo, sin jugar y habiendo coleccionado kilómetros de avión para nada.

El motivo de todo ello ha sido la aparición de un positivo en la plantilla nórdica que supuso la suspensión de los partidos ante Israel y Rumanía, dejando al madridista prácticamente confinado en Oslo. De hecho, el gobierno del país les impidió viajar hasta Rumanía y les exigió una cuarentena hasta el próximo día 23 no obligatoria pero sí aconsejable.

Pese a ello, Odegaard regresó a Madrid sin ningún tipo de problema y ya se ha entrenado a las órdenes de Zidane. Cabe destacar que el jugador ya pasó el virus durante el mes de septiembre aunque, aún así, no está asegurado en su totalidad que sea inmune.

El Madrid, beneficiado

A todo esto, el Real
Madrid se ha librado así de la ‘angustia’ que supone en estos tiempos ceder un internacional a su selección de turno. El jugador, que además había salido de una lesión, enfocaba la convocatoria como una oportunidad para coger minutos y ritmo de competición pero finalmente no ha podido ser así.

Ahora, Zidane le tiene bajo su tutela en un momento en el que el conjunto blanco escasea en el centro del campo. Con Casemiro fuera de combate también por Covid-19 (podría regresar esta semana) y Valverde lesionado (al menos un mes de baja), Kroos y Modric, que también viajaron con sus selecciones, son las bazas de Zidane más la de Isco y el propio Odegaard. Nada más.

Odegaard volvió a los entrenamientos

Odegaard regresa a los entrenamientos y Zidane recupera efectivos

Por tanto, solo queda que Odegaard regrese a la parcela de normalidad que le permite el virus y, de una vez, adquiera los galones para los que está llamado a liderar en el Real Madrid.


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