La curiosa amistad entre Santi Aldama y Steven Adams, conectados por Bad Bunny

La curiosa amistad entre Santi Aldama y Steven Adams, conectados por Bad Bunny

Santi Aldama deja huella dentro y fuera de la pista para los Memphis Grizzlies. El interior canario, que engrandece el legado español en la ciudad de Tennessee tras el paso de los Gasol y Navarro, ha desarrollado una curiosa amistad con uno de los veteranos de referencia del equipo, el neozelandés Steven Adams. “Es un gilipollas, amigo, no me gusta nada. Tan solo es mi deber cuidarle. Es mala suerte, lo sé… No, va, ¡estoy bromeando! Santi es un buen cabrón”, comenta el pívot titular de la plantilla en un reportaje del Daily Memphian sobre la divertida relación que mantienen.

El joven interior de 21 años se ha consolidado en su segunda temporada en la NBA en la rotación de Memphis, uno de los equipos con mayor proyección de cara a los playoffs. Adams ha sido fundamental para ayudarle en su integración a la liga y al proyecto dirigido por Taylor Jenkins en el banquillo, y a partir de aquí ha surgido una amistad que muchos destacan en el entorno de los Grizzlies.

La primera conexión entre ambos fue por Bad Bunny, el cantante puertorriqueño que acostumbran a escuchar para motivarse antes de los partidos o durante ciertos tramos de los entrenamientos. Al constatar ese interés por la música latina, Aldama se ofreció a enseñarle algo de español a su compañero, que aceptó aunque todavía le queda mucho para soltar alguna frase con cierto sentido.

Sobre su amistad, Aldama también lanza bromas en el artículo. Hay una notable diferencia de edad, ya que su compañero tiene 29 años y lleva 10 años en la competición estadounidense. “Sí, pero tiene una edad mental de 18 años, así que funciona”, comparte el canario. En el vestuario, e incluso durante algunos partidos, se han podido escuchar y observar las provocaciones amistosas entre ambos.



“Afición, esta para vosotros, suuuuh”, se animó Adams en medio de una charla de Drafteados con Aldama en los vestuarios del Madison Square Garden. “Sé algunas otras palabras, pero ahora no puedo”, añadió sobre el avance de las clases. Como explicó a comienzos de curso en una entrevista con MD, el español ha encontrado en el golf una manera de expandir sus relaciones con varios miembros de la plantilla: “Es una buena manera de hacer piña y además te da una oportunidad de hablar más con gente del vestuario con quien quizás no habías compartido tantos ratos”.

Más allá de la curiosa relación entre ambos fuera de la cancha, su conexión dentro de la misma también está dando sus frutos esta temporada. La anécdota solo confirma el buen futuro que se le presenta a Aldama en la liga estadounidense.




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