Michael
Robinson ha sido una de las personalidades más destacadas dentro del mundo del periodismo deportivo en España. Con una era de hacer singular, eso le valió para recibir el Premio Internacional de Periodismo Deportivo Vázquez Montalbán en 2017, de la mano del FC Barcelona.
Dicho galardón dejó una gran anécdota en relación a como se lo comunicó Josep María Bartomeu a Michael Robinson, que así lo explicó. “Estoy muy abrumado. Gracias por tus palabras Santi (Segurola). Inmerecidas. Tengo que empezar chivando algo, señor presidente. Hace unas fechas el FC Barcelona visitó Turín por un partido de Champions League. Yo estaba en Londres, en un restaurante italiano en el que estaban viendo el partido. Ellos animando a la Juventus y nosotros, como es obvio, al Barça. Terminaba el partido a la vez que nosotros la cena. Estaba con mi compañero Raúl Ruiz y salí a fumar, porque fumo, lamentablemente. Cojo mi telefono y veo que tengo un whatsapp, con su permiso presidente. Dice: ‘Hola, soy Josep Maria Bartomeu, del FC Barcelona. Me gustaría poder hablar contigo cuando sea posible. Saludos, Barto’. Se lo enseño a Raúl, ‘¿Me está mandando un mensaje el presidente del Barça? Se están quedando conmigo. Será un granuja de una radio que llama y se ríe de mi. ¿Como va a llamarme a mí y hablar conmigo el presidente del Barça? Es imposible’. Estaban en Turín además. Después de un rato, le digo a un hombre de la producción de ese programa que llame al número a ver si es el presidente del Barça. Llama y el señor Bartomeu colgó enseguida. Pero, al rato, llamó y veo a Millán, el tío de producción, que se levanta y me dice que identifica su voz. Entonces es cuando ya nos pusimos en contacto. Me sentí importante por momentos”.
Más allá de la anécdota, Robinson se mostró emocionado y congratulado de recibir el premio. “Luego me explicó el motivo de la llamada. Estaba muy asombrado y lo sigo desde que recibí la noticia. Tuve el enorme honor de conocer a Manuel y me ayudó tanto. Primero me sedujo sus palabras, su persona. Yo estaba por entonces con ‘El día después’. Me acuerdo cuando Alfredo Relaño, entonces jefe de Deportes en Canal +, me dijo que presentara el programa de fútbol que siempre habría querido ver peor que nunca había visto. Pregunto ‘¿para qué audiencia en concreto? No, Michael, simplemente hemos de crear una cola en el corte inglés para adquirir un descodificador’. Era el sueño de cualquier chaval, escribir un programa desde cero. Fui a mi mujer y le dije que podíamos volver a España, ya que además podía comentar los partidos, que no es un trabajo, es un placer. No hago nada, juegan los futbolistas y para mi ver eso es un placer. Mi mujer me preguntó cuanto me pagaban y yo no había preguntado. Llamé a Relaño y me dijo una cantidad de dinero miserable, pero era una oportunidad. Me dice, ‘Michael, no sé si te he mencionado que ese programa de fútbol sale los lunes’ ‘¿Los lunes? Si la gente ya sabe todo, quien ha ganado, quien ha perdido. Hay que darle una vuelta’. Cuando conocí al señor Montalvan me dijo que disfrutaba con el programa. Me decía que se puede llegar al fondo del meollo de muchas cuestiones más rápido desde el costado. Me hacía caso, me hacía sentir respaldado”.
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