La economía de Estados Unidos resiste las subidas de los tipos de interés mejor de lo esperado. El producto interior bruto (PIB) de la primera economía del mundo creció un 0,5% en el primer trimestre del año (esto es, a una tasa anualizada del 2%), por encima de las anteriores estimaciones, que apuntaban a un crecimiento trimestral de solo el 0,3%.
La Reserva Federal lleva tiempo intentando que la economía se enfríe para controlar la inflación. En poco más de un año ha subido 5 puntos los tipos de interés oficiales. El presidente del banco central, Jerome Powell, busca un aterrizaje suave, recuperar la estabilidad de precios sin entrar en recesión. Sin embargo, de momento no es que el aterrizaje esté siendo suave, sino, sencillamente, que no hay aterrizaje.
La economía sigue creando empleo a toda máquina, superando un mes tras otro las previsiones más optimistas. En lo que va de año, se han creado una media de 314.000 puestos de trabajo al mes, y la tasa de paro, del 3,7%, sigue cerca de su nivel más bajo en medio siglo. El PIB encadena tres trimestres consecutivos de crecimiento y el 0,5% del primer trimestre de 2023 se sitúa muy cerca del 0,6% del último de 2022.
Las subidas de tipos de la Reserva Federal han provocado un aumento de los costes de las hipotecas, los préstamos para automóviles y otros bienes duraderos, las tarjetas de crédito y los préstamos a empresas, pero el ahorro acumulado durante la pandemia ha servido para compensar en parte ese efecto. Muchos economistas siguen esperando la recesión que no llega.
El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, bromeaba este miércoles al respecto. “Llevo oyendo todos los meses que va a haber recesión el mes que viene”, dijo. “No creo que la haya”, añadió. Adoptando la etiqueta de Bidenomics para su política económica (que en buena medida lo es de Powell, en realidad) Biden intenta colgarse la medalla de la creación de empleo récord de su mandato ahora que la inflación se ha moderado, pero los votante siguen valorando negativamente su gestión.
Aunque la pérdida de poder adquisitivo siga pesando en el ánimo de los ciudadanos, lo cierto es que los datos macro acompañan. La revisión del PIB al alza comunicada este jueves por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio se debe sobre todo a la fortaleza del consumo y a unas exportaciones mayores que las calculadas anteriormente.
Es la tercera estimación que se publica. La primera apuntaba a un crecimiento en tasa trimestral anualizada del 1,1% y la segunda, del 1,3%. La película parecía entonces la de una economía que se enfriaba considerablemente por la subida de los tipos de interés, que hacía mella sobre todo en el sector inmobiliario residencial, esto es, la construcción de viviendas.
Aunque esa parte de la economía sigue haciendo de lastre, el aumento del PIB en el primer trimestre refleja incrementos del gasto de los consumidores (a un ritmo anualizado del 4,2%), las exportaciones, el gasto público de los diferentes niveles y la inversión fija no residencial, que se vieron compensados en parte por descensos de la inversión en existencias privadas, la inversión fija residencial y la subida de las importaciones.
La Reserva Federal ha subido los tipos de interés 10 veces desde marzo de 2022, desde un nivel cercano a cero hasta el rango del 5%-5,25% actual en su batalla contra la inflación, que alcanzó un máximo de cuatro décadas del 9,1% en junio del año pasado, pero que desde entonces se ha ralentizado hasta el 4%.
En el actual trimestre abril-junio, se cree que la economía se está ralentizando, pero sigue creciendo. Los economistas encuestados por la empresa de datos FactSet han estimado que el crecimiento anual del trimestre ascenderá a una tasa anualizada del 1%, lo que equivale a solo un 0,2% trimestral. Hasta ahora, sin embargo, la economía ha ido desafiando esas previsiones de frenazo.
Este mismo jueves se ha conocido que las solicitudes de prestaciones por desempleo cayeron significativamente la semana pasada, después del repunte de anteriores semanas. Según informó el jueves el Departamento de Trabajo, las solicitudes de subsidio de desempleo cayeron en 26.000, hasta 239.000, en la semana que terminó el 24 de junio. Los economistas esperaban que las elevadas cifras de solicitudes se mantuvieran por encima de 260.000, donde se habían asentado las tres últimas semanas. Las solicitudes de subsidio de desempleo se consideran representativas del número de despidos en una semana determinada.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal
La agenda de Cinco Días
Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO
Source link