Lo nunca visto en el fútbol ocurrió en el Sevilla-Granada, cuando De
Burgos
Bengoetxea señaló el final del partido un minuto antes del tiempo que había marcado como añadido y obligó a los futbolistas locales a volver del vestuario para agotar todo el tiempo. El árbitro vasco explicó lo ocurrido en su redacción del acta, protagonizando un suceso impensable cuando los jugadores del Granada lo rodearon para señalarle que había dado cuatro minutos de descuento y había pitado el final en el minuto 93.
La situación se tornó surrealista cuando De
Burgos
Bengoetxea entendió su error y ordenó al delegado de campo que ordenase a los jugadores del Sevilla, que ya estaban en el interior del vestuario celebrando la victoria y la clasificación para la Champions, que volviesen al terreno de juego. Algunos, como Marcos
Acuña, tuvieron que volver a ponerse las medias y a calzarse las botas sobre el mismo césped.
“Debido a un error de cronometraje, y aunque había indicado que se iban a jugar 4 minutos de añadido, indiqué el final del encuentro en el minuto 93. Tras ser advertido del error por mi equipo arbitral, solicité al equipo local que regresara al terreno de juego para así jugar el minuto que faltaba por disputarse. Tras jugarse ese minuto no disputado previamente indiqué el final del partido sin ninguna otra incidencia”, explicó De
Burgos
Bengoetxea en el acta.
“Dijo que se le paró el reloj”
Lucas
Ocampos no salía de su asombro al acabar el encuentro. “Dijo que se le paró el reloj. No me había pasado nunca, cada día algo nuevo se aprende. Había jugadores que se habían sacado la ropa y tuvieron que cambiar rápidamente”, explicó el argentino, autor de uno de los dos goles del Sevilla en su triunfo por 2-1.
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