La F1 se la juega a todo o nada

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Lewis Hamilton, en una rueda de prensa en el circuito Red Bull Ring, en Austria.Mark Sutton / APEl Mundial de Fórmula 1 no puede permitirse otro derrape como el que pegó hace cuatro meses en Melbourne, donde la marabunta de aficionados, amontonados en los accesos del circuito Albert Park, se enteró de la cancelación del evento el mismo viernes por la mañana, un par de horas antes de la primera sesión de ensayos libres. Aquel fin de semana, los promotores actuaron como si la pandemia que había paralizado el deporte mundial no fuera para nada con la Fórmula 1, pero la realidad lo terminó poniéndolo todo en su sitio.Nadie ha salido indemne del batacazo que ha supuesto la covid-19, y tanto los equipos más potentes como los más modestos se han visto obligados a recalibrar sus recursos. Esto se ha traducido en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o despidos masivos. Los hay, como Williams, que se han puesto a la venta; otros, como McLaren, buscan planes de refinanciación que le permitan seguir operando en su día a día. Todos ellos, de cualquier forma, coinciden en calificar la primera parada del calendario de este domingo en Austria como vital para el futuro del campeonato.En un negocio que persigue una viabilidad económica que parece más bien una entelequia, otro frenazo acarrearía consecuencias desastrosas. El límite presupuestario fijado en 145 millones de dólares (unos 130 millones de euros, según el cambio) no se aplicará hasta 2021 a la espera de que no sea demasiado tarde para mantener la nave (de lujo) a flote. Para tratar de evitar otro descalabro, en el trazado de Red Bull Ring (Spielberg), donde ya han empezado a dominar sobre la pista los Mercedes, se pondrá en práctica un protocolo anticoronavirus que consta de una batería de medidas basadas en el principio de sectorización.Código de conductaLa trascendencia del asunto queda reflejada en el código de conducta y comportamiento que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) aplicará a rajatabla. Todo aquel que lo incumpla se arriesga a recibir un castigo ejemplar. “Estoy muy contento con el plan que se ha desarrollado con las directrices de la FIA, que nos ofrece unos procedimientos muy claros acerca de cómo se desarrollará la carrera en Austria”, comentó Andreas Seidl, jefe de McLaren.Su testimonio resulta importante porque fue el equipo de Woking quien decidió retirarse del Gran Premio de Australia al detectarse un positivo por la covid-19 entre su expedición. Esa decisión dio lugar a una reacción en cadena que llevó a la cancelación de la prueba. “La diferencia respecto a entonces es que ahora tenemos un concepto muy definido del distanciamiento social que debemos mantener con los rivales”, añadió el ejecutivo alemán.Los primeros grandes premios se disputarán a puerta cerrada, sin público en las gradas, aunque la organización espera poder comenzar a poblar los aforos con el paso de los meses. Hasta entonces, la mayor parte de los esfuerzos de la división de control y contención se centrarán en el paddock, esa especie de campamento en el que cohabitan los miembros de todas las escuderías. Estas podrán desplazar un máximo de 80 personas y a cada una de ellas se le practicará un test antes de recibir la luz verde para poder viajar. A partir de entonces, todo aquel que esté enrolado en la caravana se someterá a exámenes cada cinco días. Esos controles se combinarán con el uso de una aplicación para móvil que, en caso de detectarse un positivo, ayudaría a trazar los pasos que ha dado la persona infectada y a saber con quien ha estado en contacto. En ese sentido, cada estructura se aislará en una especie de burbuja imaginaria que, entre otras cosas, impedirá que sus integrantes se relacionen con los de otros garajes.Cambio de motor”El número de interacciones entre grupos tendrá que ser el menor posible para evitar la posible transmisión del virus. En los lugares en los que no sea posible evitar el contacto entre ellos deberá imperar el distanciamiento social, así como los demás elementos de protección”, especifica la FIA, que por el contrario ha decidido suavizar algunas de las restricciones habituales en el ámbito deportivo, para tratar de facilitar un poco las cosas a los equipos. Destaca, por ejemplo, el aumento en la flexibilidad que habrá del control de las horas de trabajo en el circuito, después de estimar que algunos procedimientos, como por ejemplo la sustitución del motor de un coche, podrán suponer el doble de tiempo debido al nuevo protocolo.La ceremonia del podio será sustituida por otra, seguramente en la misma pista, en la que los tres primeros clasificados de la carrera no tendrán ningún contacto entre ellos. Otro de los momentos de mayor concentración de gente es el de formación de la parrilla de salida, para el que tanto la FIA como Liberty meditan incluso que los bólidos puedan salir de los talleres, dirigirse hasta su posición y arrancar directamente.Apenas habrá oportunidades para los patrocinadores y solo un reducido grupo de representantes de la prensa tendrá acreditación, aunque no se les permitirá acceder al paddock ni al pit lane. Todas las entrevistas y comparecencias con los pilotos tendrán lugar respetando la base del distanciamiento social, y la mascarilla será totalmente obligatoria. Por lo demás, el trazado se dividirá en 15 sectores distintos para poder situar a todos los comisarios de pista y que puedan estar separados entre sí.


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