La familia Jove ajusta cuentas y pierde 47 millones

El 2020 será un año para olvidar en la familia Jove, dueños del holding hotelero e inmobiliario Inveravante. En mayo fallecía el empresario gallego Manuel Jove (78 años) presidente de la corporación y fundador de la inmobiliaria Fadesa, compañía que vendió antes de que estallase la burbuja inmobiliaria de 2008. Inveravante inversiones universales, la matriz del grupo que construyó posteriormente, formado por 37 sociedades en todo el mundo y con un patrimonio valorado en 1.309 millones, declaró unas pérdidas de 47 millones según los datos depositados en el Registro Mercantil. La cifra de negocio se mantuvo en 200 millones, incluso con una cierta mejora, “gracias a que la reducción de ingresos del sector hotelero se ha compensado con los mayores ingresos del área inmobiliaria”, señala la empresa en el informe. El holding también mejoró un 25% su resultado de explotación, que llegó a 65 millones de euros, por los beneficios en las ventas de las participaciones en el sector de energía en Brasil y en República Dominicana. Sin embargo, la pandemia les obligó a reconocer provisiones por deterioros en inversiones, diferencias de cambio y ajustes en créditos fiscales “que llevan a una pérdida de 19 millones de euros antes de impuestos (47 millones netos)”, según la compañía. En las cuentas individuales de la matriz, que ya reflejan 45 millones en negativo de los 47 que perdió el grupo, la empresa explica que “se corresponden fundamentalmente a ajustes contables sin efecto en tesorería por derivados de activos que han visto reducido su valor de mercado o se espera un retraso en la capacidad de generar flujos para el grupo”.

Inveravante reconoce en el informe de gestión que la pandemia tuvo un impacto significativo en la evolución operativa de algunas áreas, “especialmente la actividad hotelera, debido principalmente al efecto de las diferentes restricciones a la movilidad, pero también en la actividad bodeguera por las limitaciones impuestas a la hostelería e incluso en una parte de la actividad de energía, por la disminución de la demanda y en consecuencia de los precios spot”. El número de empleados, que un año antes alcanzaba las 1.327 personas, se vio reducido a 960. Durante la pandemia, Inveravante tomó la decisión de cerrar algunos hoteles especialmente afectados por restricciones a la movilidad y aplicó otras medidas, como ERTE, para contener gastos. Además, la sociedad tuvo un préstamo ICO de 45 millones de euros.

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Inveravante es dueño de hoteles en España (Attica21) Casablanca y Tánger, de nueve bodegas también en España (Dominio de Atauta, Viña Nora), una central hidráulica en Panamá (y otra en construcción), y numerosos activos turísticos. En la rama inmobiliaria desarrolla actualmente grandes promociones en 16 localidades españolas y proyectos singulares en Brasil, México, Rumanía y Estados Unidos.

Lo que no se resintió fueron los salarios del consejo de administración. Tras el fallecimiento de Jove, dos históricos de la compañía, Antonio Couceiro y Tomás Blasco, salieron del máximo órgano de representación, que ahora está formado solo por tres personas: los dos hijos del fundador, Felipa y Manuel Ángel y por Jaime de Lacalle, antiguo director financiero y ahora consejero delegado. Sus retribuciones pasaron de 699.000 euros en 2019 a 803.000 pese a que el número de consejeros se dividió a la mitad.


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