La fuga de película del ex presidente de Nissan y Renault, Carlos Ghosn


El ex presidente de Nissan y de Renault, Carlos Ghosn, ha protagonizado una fuga de la justicia japonesa que ya quisieran firmar muchos autores de thrillers. A pesar de permanecer en libertad condicional y estar sometido a una exhaustiva vigilancia por presunto fraude fiscal y desvío de fondos de Nissan-Renault hacia fines personales –le imputan por más de 70 millones de euros– el empresario logró salir de Japón metido en la funda de un instrumento musical y un avión privado lo trasladó al Líbano, país que no tiene acuerdo de extradición con Japón.



Su mujer Carole Ghosn le asistió en el plan de huida organizando una fiesta en casa para la que contrató a unos músicos y en la funda de uno de los instrumentos más voluminosos fue en la que Ghosn burló la estrecha vigilancia. También The Guardian ha desvelado que pudo contar con el apoyo de antiguos miembros de las fuerzas especiales para el operativo de huida al Aeropuerto Internacional de Osaka, embarcarlo en un avión privado con destino a Beirut previa escala en Estambul.

Ghosn, de origen libanés y nacido en Brasil, era el mandamás de Renault cuando Fernando Alonso conquistó sus dos títulos mundiales de F1 en 2005 y 2006 y antes de caer en desgracia era considerado uno de los hombres de negocios más importantes del mundo fuera de Estados Unidos, según la revista Fortune, adquiriendo status de celebridad en japón. Pero el 19 de noviembre de 2018 se anunció que había sido detenido en Tokio, acusado de un presunto fraude fiscal y pasó 108 días en prisión provisional.

El pasado 25 de abril un tribunal de Tokio le impuso condiciones como entregar su pasaporte, la prohibición de abandonar el país, la instalación de cámaras a la entrada de su residencia y la entrega periódica de las grabaciones a las autoridades. Sus movimientos en Tokio estaban restringidos y solo podía acceder a Internet desde las oficinas de sus abogados.

La agencia Reuters asegura que las autoridades japonesas habían decidido retrasar su segundo juicio por corrupción y uso indebido de fondos de la compañía a abril de 2021, un factor que pudo influir en su decisión de emprender la rocambolesca huida del país. En su comunicado de prensa se declaraba víctima de una persecución política y decía sentir que no tenía garantizado un juicio justo. Incluso llegó a difundir un vídeo en el que afirmaba que las acusaciones formaban parte de un complot orquestado por otros directivos de Nissan.

Aunque el Líbano, donde es considerado un héroe nacional, no tiene un acuerdo de extradición con Japón, en las últimas horas han recibido una orden de detención de la Interpol contra el directivo al considerarlo un fugitivo internacional.


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