Ricky Rubio ha tardado poco en volver a dejar alucinada a la NBA y en encandilar a su entrenador a sus compañeros, algo que hizo por partida doble anoche…sin anotar. Y es que el base de El Masnou, con su altruismo, es el paradigma de que se puede tener un impacto máximo en la pista sin ver aro. Ricky, falto de ritmo aún tras su grave lesión, no estuvo inspirado en el tiro esta pasada madrugada en la victoria de los Cavaliers sobre los Bulls (97-89), pero anduvo pletórico como siempre repartiendo.
Con 5 asistencias en 16 minutos -más 1 rebote, 3 robos y 1 tapón-, el catalán fue el mejor de los Cavs en términos de más-menos con un +14 en pista. Pero de lo que todo el mundo habla y hasta destacó la propia NBA es de su virguería pasándose el balón por la espalda, finalizada con asistencia a su ‘aprendiz’ Donovan Mitchell para que todos enloquecieran en el Rocket Mortgage Fieldhouse.
Pero a Ricky le esperaban más fiestas. Como el emotivo reconocimiento en el vestuario de su entrenador, J.B. Bickerstaff, tras el partido. El técnico se puso muy serio ante el cachondeo general:
“Quiero que todos prestéis atención y reconozcáis esto. Siempre hablamos de impactar de diferentes maneras y encontrar la manera, el momento en el que puedes impactar, ayudar y no ser egoísta con el equipo. Ricky Rubio, esto es para ti”, le dijo de manera muy cariñosa Bickerstaff. Ricky se hace sentir, pero, en realidad, nunca se fue.