La gran cripto estafa

La gran cripto estafa

Un fraude a escala industrial, cometido a través de centros de llamadas (‘call centers’) ha dejado víctimas en todo el mundo.

Por OCCRP

Lujosos automóviles se alinean en el estacionamiento, mientras que sus adinerados dueños presumen de su riqueza.

Escondido en sus pisos superiores, protegido por guardias armados y bajo la vigilancia permanente de cámaras de seguridad, se vende un producto muy diferente.

En el exclusivo centro comercial Mandarin Plaza de Kiev en Ucrania, sentados bajo luces fluorescentes, un ejército multilingüe de trabajadores de la compañía Milton Group, vende el sueño de volverse rico rápidamente a través de criptomonedas e inversiones en acciones.

Documentos entregados al diario sueco Dagens Nyheter por un informante que trabajaba en dicho centro de llamadas, y compartidos con OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project), explica el funcionamiento interno de este fraude: una estafa que aprovecha el poder de las redes sociales para operar a escala global.

Periodistas de 21 naciones y decenas de medios de comunicación en América Latina, Estados Unidos y Europa hablaron con más de 180 víctimas. Vidas arruinadas desde el Círculo Polar Ártico de Suecia hasta la Amazonía ecuatoriana.

Las víctimas tuvieron contacto por primera vez con la estafa a través de anuncios de Facebook que prometían ganancias extraordinarias. Los vendedores les decían que tenían que hacer una pequeña “inversión”, que rápidamente arrojaría ganancias impresionantes. Las solicitudes para retirar la totalidad de los fondos entregados nunca fueron atendidas.

Una pantalla que se le muestra a una víctima de Milton Group, imitando una inversión real. Las pérdidas y ganancias fueron completamente falsas. Crédito: Alexander Mahmoud / DN

Algunos fueron hostigados para pedir importantes préstamos, amenazados con cartas ficticias de reguladores financieros de Reino Unido exigiendo impuestos, o contactados por abogados falsos que ofrecían ayudarlos a recuperar su dinero, a cambio de dinero extra.

En los casos más extremos, los especialistas en retención de Milton Group convencieron a las víctimas de instalar un software en sus computadores que abrió la puerta para que los estafadores controlaran sus equipos de forma remota y así robar más dinero. Algunos perdieron más de 200 mil dólares.



“Lo que hace esta empresa, todo es falso”, dijo Alexey, el informante. (Su nombre real no puede usarse para proteger su seguridad). “Simplemente le roban dinero a la gente”.

El informante. (Foto: Alexander Mahmoud / DN)

Alexey recordó que le dijeron al personal que el centro de Kiev recibió cerca de 65 millones de euros en ventas en 2019. Para celebrarlo, los líderes de la compañía organizaron una extravagante fiesta inspirada en la novela “El gran Gatsby” de F. Scott Fitzgerald.

Bajo luces de neón, cientos de empleados de Milton vieron actuar a contorsionistas y a bailarines, y les dieron como recompensas por sus buenas ventas premios que incluían automóviles, efectivo y alojamiento gratuito.

Una foto de la cámara oculta de la fiesta de Año Nuevo de Milton Group (Foto: DN)

Si bien es imposible determinar si cada inversión que pasó por el centro de Kiev fue fraudulenta, los periodistas de DN y de la red de OCCRP hablaron con más de 180 víctimas de la base de datos de clientes de Milton, quienes confirmaron que perdieron su dinero.

Las supuestas inversiones se realizaron a través de giros de Western Union, transferencias bancarias, tarjetas de crédito y criptomonedas. Los vendedores de Milton recibían una comisión más alta si podían convencer a sus clientes de pagar en bitcoins y otras criptomonedas, ya que son más difíciles de rastrear.

El personal del centro de llamadas sabía muy bien que su trabajo consistía en robar, dice el informante. Alexey le dijo a DN que en uno de sus primeros días en Milton, la gerente de ventas bromeó diciendo que cuando ella tenía solo seis años soñaba con ser una “hija de puta y robar el dinero de la gente”.

Una base de datos interna de clientes, revisada por los periodistas, está llena de expresiones e improperios sobre “joder” a los clientes sin dinero. También resaltan sus vulnerabilidades y comentan cómo podrían ser un mejor blanco. En una nota de octubre de 2019, un miembro del personal de Milton escribió sobre una mujer sueca de 67 años: “Vendió su casa para pagar, sin dinero, llorando”.

Una mujer sueca de 67 años que fue blanco de Milton Group. Ella le dijo a los periodistas que había perdido casi todo lo que poseía. (Foto: Alexander Mahmoud / DN)

Esa mujer, contactada por el diario Dagens Nyheter en una zona rural del centro de Suecia, le dijo a los periodistas que el personal de Milton la engañó para que invirtiera más de 100 mil dólares y que incluso solicitó préstamos.

El presidente de Milton Group es Jacob Keselman, quien se describe a sí mismo como “el lobo de Kiev” en su cuenta de Instagram, en alusión a “El lobo de Wall Street”, una película sobre un estafador famoso.

Los perfiles de Keselman en redes sociales están llenos de fotos de autos de lujo, vacaciones en el extranjero y a veces, un arma. Una foto lo muestra trabajando en una habitación con una vista espectacular de la Torre Eiffel. Él escribe: “El que ama su trabajo es realmente feliz”

Al contactarlo, Keselman negó que Milton Group haya estafado gente: “Ya sabes cómo funciona, la inversión y las marcas de intercambio de divisas … muchos clientes pierden dinero porque no entienden cómo funciona”, dijo. Luego afirmó que Milton sólo brindaba soporte de TI (Tecnología de la Información) a las empresas que vendían inversiones. No respondió a las preguntas de seguimiento.

Imágenes de la cuenta personal de Instagram de David Todua. Esta fotografía muestra a Todua en la fiesta de Año Nuevo de Milton Group”. (Crédito: Instagram)

David Todua, un ciudadano israelí de 38 años nacido en Georgia, es un visitante frecuente de la oficina del centro de llamadas del Mandarin Plaza, donde según Alexey el personal lo conocía como uno de los propietarios de Milton Group. Alexey dijo que vio a Todua allí al menos seis veces, incluida una vez en noviembre de 2019, cuando felicitó al personal por su desempeño y dijo que Milton había hasta la fecha producido 50 millones de dólares ese año. El informante dijo que él siempre estaba acompañado de varios guardaespaldas.

Ningún documento oficial conecta a Todua con el centro de llamadas fraudulentas, el cual en el papel pertenece a otro ciudadano de Georgia: Dadivadze Irakli Dadivadze. OCCRP no pudo rastrear información sobre él.

“Nunca te arrepentirás de esta decisión”

El centro de llamadas de Kyiv de Milton Group no parece inusual a primera vista. Los trabajadores realizan hasta 300 llamadas al día a clientes en todo el mundo, en un intento por alcanzar sus objetivos de ventas mensuales y obtener bonos.

Milton no era un centro de llamadas común y corriente. Está protegido por guardias corpulentos y los celulares personales están prohibidos.

Los empleados del departamento de ventas reciben un conjunto de notas que explican exactamente cómo dirigirse a los “clientes” por nacionalidad.

Los escandinavos, dicen las notas, son en su mayoría “personas mayores y realmente necesitan alguien con quien hablar”.

A las personas del Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, por otro lado, les gusta creer que lo saben todo y están seguros de que sus países son los mejores del mundo, por lo que se recomienda a los empleados del centro de llamadas que los llenen de entusiasmo.

Notas de Milton Group sobre cómo dirigirse a los clientes, en función de su nacionalidad o de sus razones para no querer invertir.

El estafador más prolífico e ingenioso de Milton Group es un hombre del equipo de retención quien le dice a los posibles inversionistas que se llama “William Bradley”. Es un joven iraní que utiliza imágenes del conocido vendedor estadounidense y orador motivacional Marc Wayshak, para disfrazar su identidad en las videollamadas.


OCCRP no pudo verificar su nombre real, pero en el trabajo y en las redes sociales se hace llamar “Hamze” y habla farsi con fluidez. Alexey afirmó que logra ingresar 450 mil dólares al mes.

Un técnico eléctrico de 55 años de la pequeña ciudad de Bor, en el este de Serbia, quedó con una enorme deuda después de ser estafado por una de las marcas de Milton, CryptoMB.

Inicialmente envió cerca de 100 dólares en criptomonedas a CryptoMB y vio que su inversión se disparó a 300 dólares o 400 dólares, al menos en pantalla. Invirtió más.

Cuando su “ganancia” alcanzó los 23 mil dólares, trató de retirar dinero, pero se vio afectado por los honorarios de abogados ficticios. Desesperado, pagó a los falsos abogados pidiendo préstamos.

“Me siento terrible. Me siento catastrófico. ¿Cómo puedo decírtelo?” dijo. “Tomé un préstamo en el banco para poder dar ese dinero, y ahora estoy endeudado y no tengo dinero. ¿Cómo puedo sentirme [sino] patético y miserable?”.

Aquí el reportaje completo de OCCRP.

Investigación por:

Dagens Nyheter: Axel Björklund, Mattias Carlsson
OCCRP: Daniela Castro, Lindita Cela, Amra Džonlić (research), Sergiu Ipatii (fact-checking), Lawrence Marzouk, Julia Wallace
Aristegui Noticias (México): Juan Omar Fierro
Convoca.pe (Peru): Carmen Alvarado
Direkt36 (Hungary): Zsuzsanna Wirth, Gergo Saling
El Confidencial (Spain): Marcos García Rey
investigace.cz (Czech Republic): Pavla Holcová, Lukáš Nechvátal
Investigatívne Centrum Jána Kuciaka (Slovakia): Daniel Antoni
IRPI (Italy): Matteo Civillini, Lorenzo Bodrero, Lorenzo Bagnoli
Helsingin Sanomat (Finland): Anssi Miettinen, Pauliina Siniauer, Elina Kervinen
The Guardian Australia: Ben Butler
The Guardian UK: Hilary Osborne
KRIK (Serbia): Jelena Radivojević
La Nacion (Argentina): Ivan Ruiz
McClatchy/Miami Herald (USA): Kevin G. Hall and Shirsho Dasgupta
Oštro (Slovenia, Croatia): Klara Škrinjar, Mašenjka Bačić, Matej Zwitter, Anuška Delić
Plan V (Ecuador): Susana Moran
Politiken (Denmark): Carl Emil Arnfred, Michael Olsen, Jonas Pröschold
Revista Semana (Colombia): Sophia Gomez
RISE Project (Romania): Attila Biro
Siena.lt (Lithuania): Miglė Krancevičiūtė, Šarūnas Černiauskas
Studio Monitori (Georgia): Nino Zuriashvili, Nino Ramishvili and Nino Tsverava
Times of Israel: Simona Weinglass
VG (Norway): Synnøve Åsebø, Sofie Amalie Fraser, Ola Haram




Source link