La Guardia Civil de Ibiza investiga la participación de un médico en un parto en un domicilio privado de la isla que terminó con el recién nacido ingresado en la UCI del hospital de Son Espases de Palma tras sufrir una parada cardiorrespiratoria. El facultativo no podía ejercer porque en mayo fue suspendido de colegiación por vulnerar el código deontológico del Colegio Oficial de Médicos de Baleares, ya que negaba la existencia de la pandemia de coronavirus y alentaba el incumplimiento las medidas para frenar los contagios. Los investigadores han tomado declaración en las últimas horas a las personas que estuvieron presentes en el alumbramiento y que atendieron al recién nacido, que sufrió una parada cardiorrespiratoria a los pocos minutos de nacer. Por el momento no se han producido detenciones.
Los hechos ocurrieron el pasado lunes al mediodía, cuando se dio aviso al servicio de emergencias del 061 de que una mujer había tenido complicaciones en un parto que se había desarrollado en un agroturismo situado en el municipio ibicenco de Santa Eulària. Hasta el lugar se desplazó una ambulancia medicalizada que halló al recién nacido en parada cardiorrespiratoria. Los sanitarios lograron estabilizar al bebé, que fue trasladado de inmediato al hospital de Can Misses. Ante la gravedad de su estado, los facultativos del hospital decidieron derivarlo a la UCI pediátrica del hospital de referencia de Son Espases, en Palma, donde permanece ingresado en estado crítico.
La Guardia Civil se desplazó al establecimiento tras el aviso de los servicios de emergencias y tomó declaración a las personas presentes, entre las que se encontraba un médico que fue suspendido de colegiación por el Colegio Oficial de Médicos de Baleares. Los investigadores tratan de aclarar cuál fue la naturaleza de su participación en los hechos, ya que está suspendido para practicar la medicina durante un periodo de seis años tras una resolución dictada el pasado mes de mayo por el Colegio Oficial de Médicos de Baleares que fue ratificada posteriormente por la Organización Médica Colegial. En dicha resolución emitida por la junta del colegio el 10 de mayo de 2021, el facultativo fue suspendido por una infracción de artículos del código ético “relativos a la calidad de la atención médica, publicidad médica o trabajo en las instituciones sanitarias, al haber promovido el médico expedientado acciones contrarias a la evidencia científica, así como una inadecuada praxis profesional”.
En declaraciones a Diario de Ibiza, el médico ha reconocido que la familia le llamó para acudir al alumbramiento “a través de alguna amistad” y ha explicado que unos minutos después de nacer tuvo una “repentina” parada cardiorrespiratoria y tuvo que iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar “inmediatamente”. Desde el Área de Salud de las Pitiusas han anunciado este jueves que, por petición de los padres, no se ofrecerá más información sobre el estado del bebé.
“En todo el territorio español y la Unión Europea la colegiación es obligatoria para poder ejercer la práctica de la medicina, tanto en público, como en privado, en atención domiciliaria particular, en consulta o en una ambulancia. Una persona que no está colegiada o que está suspendida de colegiación no puede ejercer la medicina en ningún ámbito”, dice contundente el vicepresidente del Colegio de Médicos de las islas, Carles Recasens. El médico investigado fue sancionado con una suspensión de seis años y el pago de una multa de 16.660 euros tras vulnerar numerosos artículos del Código de Ética y Deontología Médica.
Manifestaciones negacionistas
La junta de gobierno del Colegio de Médicos dictó la resolución tras instruir un expediente contra el facultativo a raíz de sus manifestaciones a través de redes sociales y medios de comunicación en las que negaba la pandemia e invitaba a la ciudadanía a desobedecer las medidas de distanciamiento social y a desechar el uso de las mascarillas. El facultativo suspendido también participó en junio de 2020 en una manifestación negacionista en Madrid en la que se identificó como médico de urgencias del hospital público de Formentera, donde ejercía la medicina, e incluso acudió vestido con la bata profesional con el logotipo del centro sanitario.
Recasens explica que el Servicio Balear de Salud apartó al médico de su puesto en el hospital de Formentera en julio de 2020 y el Colegio de Médicos comenzó a instruir el expediente por vulneraciones del Código de Ética y Deontología Médica. Tras la suspensión y su posterior ratificación por parte de la Organización Médica Colegial, el afectado llevó el asunto a los tribunales y presentó en un juzgado de la isla un recurso contencioso administrativo que fue admitido a trámite el pasado 9 de diciembre.
El Colegio de Médicos no descarta por el momento tomar más medidas si se confirma la participación “activa y programada” del facultativo en el alumbramiento. “Esta persona, ante una situación de gravedad, como médico y como persona tiene el deber de auxilio. Las investigaciones apuntan que podría haber sido contratado para ello, aunque debe ser la Guardia Civil la que aclarará cómo ocurrieron los hechos y, en base a ello, tomaremos las decisiones que correspondan” señala el vicepresidente del Colegio de Médicos de las islas, que desconoce la formación que este facultativo pueda tener en el campo de la ginecología y obstetricia.
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