La idea de ‘voto inteligente’ de Navalni para debilitar al Kremlin

Todos contra el Kremlin y cualquiera mejor que su partido de cabecera, Rusia Unida. Este es el eje de la campaña con la que el equipo del encarcelado opositor Alexéi Navalni trata de evitar que la formación apoyada por el Gobierno revalide la supermayoría parlamentaria en las elecciones de este fin de semana en toda Rusia. La iniciativa, que busca socavar al partido gobernante, se llama “voto inteligente” y propone unificar a los votantes opositores en torno al candidato que más posibilidades tenga contra Rusia Unida. El sistema, diseñado por el equipo del disidente desde fuera de Rusia en forma de aplicación e información digital, ya se enfrenta a los intentos de bloqueo por parte de las autoridades rusas.

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En los comicios que se inician este viernes y que el Gobierno ha querido controlar hasta el extremo, vetando a importantes figuras de la oposición y a casi todos los aliados de Navalni, la del voto inteligente significa un intento de golpear al Kremlin. Aunque eso signifique que, según esa receta, un liberal votaría por el candidato comunista recomendado o un nacionalista por un liberal. Además, paradógicamente, la lista de voto Iiteligente puede reforzar a la llamada “oposición sistémica”: el Partido Comunista y el ultranacionalista LDPR, formaciones de oposición sobre el papel, pero que en los asuntos clave apoyan al Kremlin.

Un grupo de colaboradores de Navalni, entre ellos Ruslan Shaveddinov, ha estado trabajando en esa lista durante meses. Su premisa es que para vencer a Rusia Unida es necesario aunar las voces que protestan y votar a sus rivales más fuertes en cada una de las circunscripciones, señala Shaveddinov, que se exilió hace meses. Navalni, a pesar de que permanece en prisión, se ha erigido en uno de los protagonistas de estos comicios legislativos.

La policía rusa detiene a un activista con una pancarta en la que se lee "Voto inteligente", el pasado agosto en Moscú.
La policía rusa detiene a un activista con una pancarta en la que se lee “Voto inteligente”, el pasado agosto en Moscú. Alexander Zemlianichenko / AP

El voto inteligente no es un algoritmo, explica Shaveddinov por Telegram, sino una lista elaborada tras estudiar a todos los candidatos. Para decantarse por uno u otro se analiza la historia política de la ciudad y de la región, la biografía del político y su experiencia, su campaña, se analiza su presencia en redes sociales e incluso se consulta a expertos locales. “Esta estrategia puede funcionar si la gente viene y vota de manera consolidada. ¡Y estamos seguros de que funcionará!”, dice el opositor de 25 años, aliado de Navalni, que fue detenido el año pasado y enviado a cumplir el servicio militar obligatorio a un lugar remoto del Ártico.

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La Duma tiene 450 escaños elegidos en un sistema mixto. La mitad son escogidos de forma proporcional entre las listas de los partidos; los 225 restantes pertenecen a distritos donde solo es electa la persona más votada. Ahí es donde entra este instrumento para concentrar el disperso voto de la oposición. Según la lista, más de la mitad de los recomendados (137) son del Partido Comunista, aunque hace unos meses, el histórico líder de la formación, Gennadi Ziuganov, describió a Navalni, que acababa de volver a Rusia después de recuperarse de un envenenamiento casi mortal tras el que se aprecia la mano del Kremlin, como un “traidor que llegó para incendiar el país”. A los comunistas les siguen de lejos el populista LDPR (20), el demócrata Yábloko (10) —en el que Navalni militó— e incluso uno de nueva creación que no oculta su apoyo a Putin, Nueva Gente (5).

El objetivo, apunta el equipo de Navalni, es debilitar a Rusia Unida como sea y que así tenga que hacer concesiones a partidos rivales. “Los diputados elegidos por voto inteligente podrán participar con más confianza en los debates y hacer preguntas incómodas, insistir en que se tomen decisiones”, señala el equipo del disidente, que pone como ejemplo su éxito en los comicios de la Duma de Moscú en 2020, lo que permitió impulsar medidas sociales que rechazaba el partido de Putin, como un subsidio a los llamados “niños de la guerra”.

El problema para Rusia Unida son las circunscripciones únicas, en las que en 2016 -cuando reinaba un clima político más saludable para la formación- obtuvo 203 de sus 343 escaños. Para lograr la mayoría cualificada necesita 301. Aunque visto el tradicional apoyo de los comunistas y el LDPR no es una cuestión tan sustancial sobre el papel, apunta Grigorii Golosov, jefe del área de Análisis Político de la Universidad Europea de San Petersburgo. “Rusia Unida controla la mayoría absoluta, pero teme perderla. Su popularidad va a la baja y en paralelo crece la oposición”, afirma el experto, autor de un estudio que confirma que la iniciativa de Navalni logró aupar a candidatos opositores en las elecciones locales de 2019 y 2020.

Miembros de la comisión electoral local revistan las papeletas en un colegio de Moscú, este jueves.
Miembros de la comisión electoral local revistan las papeletas en un colegio de Moscú, este jueves.SHAMIL ZHUMATOV / Reuters

Y cuando el nivel de apoyo a Rusia Unida está bajo mínimos (en un 29%, según la encuestadora estatal VTsIOM), el Kremlin está inquieto y se toma en serio los efectos de Voto Inteligente, opina Andréi Kolésnikov, responsable de política interna de Rusia en el centro de pensamiento Carnegie de Moscú. “Esto es solo una herramienta para mostrar a las autoridades que hay vías para debilitarlas”, señala. “El Gobierno le da importancia y es irracional, porque cualquier voto a un ‘partido sistémico’ es un voto al poder. Para un votante de ideología demócrata, apoyar al Partido Comunista o al LDPR es imposible, se quedará en casa o votará a Yábloko. Para alguien sin ideología, será un voto de protesta contra todo y, en cierto sentido psicológico, es como votar a Navalni”, agrega.

El histórico partido opositor demócrata Yábloko, que ha ido perdiendo fuelle con los años, cuestiona la transparencia en la confección de la lista del equpo de Navalni y el espíritu de esta herramienta. “Es malo para la democracia, disminuye la fe en ella. Es un voto de desconfianza contra todo, la gente no vota para que representen sus intereses”, critica Iván Bolshakov, jefe del departamento de Análisis Político de la formación. “Beneficia a partidos quintacolumnistas que han apoyado las leyes que reprimen a otros políticos”, añade el político que minimiza el impacto en los comicios anteriores del voto inteligente.

Pese a todo, avisa Golosov, la efectividad del “voto inteligente” depende de la transparencia electoral. “La votación por internet es sospechosa”, dice tras recordar que, en las que las organizaciones de derechos civiles han descrito como las elecciones menos transparentes de la historia reciente del país, también han aumentado las limitaciones para que un ciudadano pueda ser observador.

La iniciativa de Navalni podría sin embargo dividir también el voto opositor y enfrentar aún más a la dividida disidencia rusa. Marina Litvinovich, candidata de Yábloko por uno de los distritos de Moscú, considera un “error” que el equipo de Navalni no la haya apoyado. “Puedes votar inteligente o puedes votar con el corazón”, escribe en Facebook la política.

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