La joven asesinada en Barcelona el lunes a manos de su expareja, Ivet C., de 25 años, había presentado al menos una denuncia ante los Mossos d’Esquadra por amenazas contra su expareja, Diego Armando M., de 33 años. Vecinos de la mujer aseguran que también habían llamado a la policía catalana por peleas en el domicilio. El hombre se presentó el lunes a las seis y media de la tarde en una comisaría de la Guardia Urbana del barrio donde residía ella, en El Clot, y confesó que había matado a la joven. Ambos tenían un hijo de siete años.
Ivet dio un paso poco habitual en el caso de las mujeres asesinadas por violencia machista: acudió a la policía, algo que solo hacen aproximadamente el 20% de las víctimas a las que matan sus parejas o exparejas. En su declaración, Ivet negó que el hombre la hubiese golpeado alguna vez, según fuentes del caso. La mujer estaba pendiente de ratificar su denuncia ante el juez cuando él la mató. Ella y su asesino estaban separados, y la joven había iniciado una nueva relación sentimental.
Algunos vecinos de Ivet, que residía en uno de los muchos edificios mastodónticos que salpican la Gran Vía de Barcelona, habían oído peleas entre la pareja cuando convivían. Carmen, cuya habitación daba pared con pared con el comedor de la joven, recuerda una de ellas, la única que le pareció realmente grave. “Fue espantoso. Tiraban cacharros, se oían golpes fuertes”, recuerda, a las puertas del domicilio. Esa noche Carmen llamó a los Mossos d’Esquadra, que asegura que se presentaron en la vivienda. Hasta entonces, les había oído discutir, sin que le pareciese preocupante: “Lo normal de cualquier pareja”.
La hermana de la joven, Claudia C., contó además que desde la ruptura, Diego Armando seguía a Ivet, y la “amenazaba”. “Le enviaba constantemente mensajes”, explicó la joven en declaraciones a Efe tras el minuto de silencio que se celebró a mediodía en la plaza del Ayuntamiento de Barcelona. “Él enloqueció”, aseguró, sobre el asesino confeso de su hermana, sin que llegasen a imaginarse que podría acabar matándola.
La policía catalana está revisando ahora la actuación del Grupo de Atención a la Víctima, la unidad especializada en atender a las víctimas de violencia machista. Y si con los indicios que se tenían se evaluó correctamente el riesgo al que estaba expuesta Ivet. Con todo ello, los Mossos informarán al juzgado de violencia sobre la mujer que acabe asumiendo finalmente el caso. La lucha contra la violencia machista es uno de los objetivos que el Departamento de Interior defiende como primordiales, en un Gobierno que cuenta además con un Departamento de Igualdad y Feminismos.
A las once y media de la mañana de ayer, aproximadamente, Diego Armando volvió al domicilio. Esta vez iba esposado, y custodiado por los Mossos d’Esquadra. El hombre regresó para la reconstrucción del crimen, que él mismo confesó a la Guardia Urbana de Barcelona. En el bloque gigante, donde muchas personas se conocen solo de vista, un vecino aguardó en la puerta hasta verle entrar. Al pasar por delante, le gritó: “¿Cómo pudiste matarla? Asesino”.
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Ivet es la víctima número ocho de violencia machista en lo que va de año en España. El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia de género las 24 horas del día, todos los días del año. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero se ha de borrar la llamada del dispositivo.
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