Lidl ha ganado una batalla decisiva en la guerra abierta contra Vorwerk, propietaria de la marca Thermomix, por la comercialización de su robot de cocina. La Audiencia de Barcelona ha dado la razón a la cadena de alimentación en su recurso contra la sentencia que hace un año resolvió que había vulnerado la patente de Thermomix y la condenó a retirar de los lineales sus robots de cocina Monsieur Cuisine. Los magistrados, en una sentencia del pasado 13 de enero, han concluido que la patente en la que Vorwerk basa su queja es nula y que, de no serlo, Lidl no la infringió, por lo que abre la puerta a que vuelva a vender su robot.
La pugna comenzó a mediados de 2019. En un primer asalto, el juzgado de lo mercantil número 5 de Barcelona le dio la razón a Vorwerk unos meses después, pero Lidl recurrió y ahora ha logrado una victoria contra la que es posible recurrir ante el Tribunal Supremo. La Audiencia de Barcelona basa su fallo en dos razones: primero, que la patente en la que Vorwerk basó la defensa, arguyendo que Lidl la había copiado, era nula, porque entiende que “no dispone de actividad inventiva” (requisito imprescindible a la hora de conceder una patente, que debe de aportar una determinada invención que no resulte obvia para un experto).
Y segundo, de ser válida, tampoco Lidl la infringió. Esta última consideración se basa en uno de los elementos que centra la pugna entre ambas. Vorwerk defiende como propia una característica que, a su juicio, Lidl habría copiado. Se trata de un sistema de seguridad que impide retirar la tapa del vaso de cocina sin haber detenido previamente el robot. En la máquina de Lidl, las cuchillas se detienen cuando se abre la tapa y pueden mantener una inercia de funcionamiento con la tapa abierta. “El robot de cocina de la demandada no reproduce esa secuencia necesaria para que se pueda intervenir con seguridad en el vaso de agitación”, confirma la Audiencia en la sentencia, ya que “la tapa se puede abrir sin necesidad de ninguna acción previa, es decir, sin necesidad de detener previamente el mecanismo agitador”, como en la Thermomix. Eso demostraría, en principio, que Lidl no habría copiado el sistema.
El tribunal llega a la conclusión de que la patente propiedad del fabricante alemán de electrodomésticos —también está especializado en aspiradores— “no reivindica ninguna solución nueva en relación con el sistema de seguridad que ya formaba parte del estado de la ciencia, sino que se limita a reproducir una solución del estado de la técnica que consiste, en sustancia, en que la tapa no puede ser desenclavada si el mecanismo agitador no es desconectado previamente”.
No es la primera vez que Vorwerk lleva a los tribunales a una marca con el objetivo de reivindicar la patente de su robot de cocina. Lo hizo en 2013 contra Taurus, que había lanzado su propia máquina en 2007, y el Supremo le dio la razón a la empresa española. Tras la sentencia favorable a Vorwerk hace un año, Lidl tuvo que dejar de vender su robot de cocina y retirar del mercado todos los ejemplares, tanto los que se encontraban en su poder como en el de sus distribuidores, así como “todos los documentos comerciales, material publicitario y promocional u otros documentos en los que se reproduzca ese producto, incluido Internet”, según se recoge en la sentencia.
Pese a facturar más de 1.000 millones de euros con su Thermomix, Vorwerk es mucho más pequeña que Lidl, una cadena de distribución con una facturación que se sitúa en torno a los 5.000 millones de euros en España.
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Las partes podrán interponer recursos de casación y por infracción procesal en el plazo de 20 días tras la notificación del fallo.
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