La lesión, toda una amenaza tras el parón


El mundo del fútbol está preocupado respecto a cuándo se reanudará la competición pero quizás debería centrarse mucho más en cuándo podrán entrenarse nuevamente los jugadores con normalidad. Las ligas europeas, la UEFA y las federaciones trabajan en elaborar un calendario conjunto con el que poder concluir la actual temporada pero deberían tener muy en cuenta que tan importante como volver a jugar es poder entrenar ya que un regreso demasiado agresivo, muy súbito, a la competición, apareja un riesgo objetivo enorme de que los futbolistas caigan lesionados como moscas.



La Real lleva ya nueve días alejada de su rutina diaria de Zubieta y como la escuadra txuri urdin, la mayoría de clubs de Primera. Es absolutamente inimaginable que a lo largo de los próximos ocho días, es decir, antes del 30 de marzo, se pueda pensar en volver a entrenar por lo que los organismos de los futbolistas se adentrarán en un terreno peligroso en el que van a empezar a perder buena parte de sus reservas condicionales, ganadas con tantos meses de esfuerzo y disciplina en los entrenamientos.

A partir de los 15 días de parón, sin entrenar en circunstancias habituales, los valores físicos de los futbolistas se empiezan a ver seriamente afectados, según explicó ayer a MD el exentrenador y preparador físico beasaindarra Pako Ayestarán (mañana publicaremos la entrevista completa). El domingo que viene, el 29 de marzo, se cumplirán dos semanas desde que los realistas se fueron a casa.

Y a partir de la tercera semana sin entrenarse, los depósitos del conjunto blanquiazul entrarán en números rojos. Después de tres o cuatro semanas de parón, los valores de los futbolista se sitúan en términos similares a los del inicio de una pretemporada. Es decir, sería del todo punto imprudente que antes de que se reanude la Liga (nunca antes de finales de abril), las plantillas de Primera no pudieran disfrutar de dos o tres semanas de acondicionamiento para poder competir sin garantías de lesionarse.

El gran problema que afronta el fútbol profesional es que, con lo apretado que va a estar el calendario, por mucho que se haya liberado junio e incluso julio para competir, parece difícil que los rectores estén pensando en habilitar un plazo previo sólo para entrenar. Es más fácil pensar que, en cuanto se pueda, darán luz verde a la competición, lo que pondría la salud de los profesionales en situación de riesgo.

Los jugadores de la Real están llevando a cabo en sus domicilios los planes individualizados que les han diseñado y quien disponga de bicicletas estáticas o cintas podrán mantener, de alguna manera, la capacidad aeróbica pero todo ello muy alejado del combustible que necesitarían en caso de que se reanude la competición profesional.


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