La maldición del especialista en las tandas de penaltis

Baggio dispara alto ante Taffarel en la final del Mundial de 1994 entre Brasil e Italia.
Baggio dispara alto ante Taffarel en la final del Mundial de 1994 entre Brasil e Italia.Neal Simpson – EMPICS / PA Images via Getty Images

Contra gustos no hay disputas. Hay entrenadores que prefieren que el gran especialista lance el primer penalti de la tanda para intentar ir siempre por delante, y otros optan por que tire el último, defendiendo la teoría de que el turno definitivo requiere un aplomo especial. Esta segunda alternativa tiene el peligro de que se pueda quedar sin opción, como le sucedió a Cristiano Ronaldo en las semifinales de la Eurocopa 2012 contra España. Fallaron sus compañeros Moutinho y Alves, y no hubo más posibilidades. La siguiente tanda que tuvo Portugal, en los cuartos de la Eurocopa de 2016, contra Polonia, Cristiano lanzó el primero y marcó.

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El lunes, ante Suiza, Deschamps, sin Benzema ni Griezmann por haber sido sustituidos, apostó por Mbappé como último lanzador. Había marcado los nueve lanzamientos de la temporada. Una garantía, pero Sommer le adivinó la intención. El francés pasó a formar parte de la larga lista de consumados especialistas que en un momento determinado erraron un lanzamiento en una situación crítica que le costó a su equipo la eliminación.

Sobre el asunto de la elección, si el primero o el último, Luis Aragonés y Vicente del Bosque, que tuvieron que superar una tanda de penaltis para ganar sus respectivas Eurocopas, preferían que su hombre más seguro lanzara el primero. En 2008, en los cuartos contra Italia, el técnico ordenó que Villa comenzara la serie (gol) y dejó a Cesc el último por su aparente tranquilidad, según palabras de Aragonés. “Fábregas no se inmuta por nada, es muy responsable y no se pone nervioso. Como vive en Londres se le ha pegado la flema inglesa”. Lo que posiblemente no supiera el seleccionador es que el jugador llevaba seis años sin lanzar una pena máxima, desde el Barcelona B.

En 2012, Del Bosque, en las semifinales contra Portugal, mandó a Xabi Alonso tirar el primer lanzamiento. Se lo detuvo Rui Patricio. El último lo lanzó Cesc, por petición del jugador, que recordaba el lanzamiento de cuatro años antes y quería repetir el orden. Por convencimiento de que lo iba a marcar y también por un poquito de cábala. El técnico, que tenía previsto que lanzara el segundo, no puso impedimento.

Los archivos de las Eurocopas y de los Mundiales están plagados de penaltis no transformados por los supuestamente mejores lanzadores. En la competición que nos ocupa hoy, la lista es larga: Uli Hoeness (1976), Van Basten (1992), Fernando Hierro (1996), Rui Costa, Beckham e Ibrahimovic (2004), Modric, Rakitic, De Rossi, Di Natale (2008), Gerrard y Rooney (2012), Muller, Özil y Schweinsteiger (2016)…

La nómina alcanza más caché en los Mundiales. En México 86, en un Brasil-Francia, Sócrates y Platini fallaron en la tanda que finalmente cayó del lado de los europeos. En el tiempo reglamentario, también Zico había errado. En Italia 90, el damnificado fue Maradona, que en cuartos contra Yugoslavia tiró a las manos de Ivkovic. Por suerte para él, las paradas de Goicoechea permitieron a la albiceleste pasar.

En la final del Mundial 94, los errores de Baresi, Massaro y Roberto Baggio, este en el último disparo, le costaron el título a Italia ante Brasil. El partido había acabado empate sin goles. En 2006, en el Inglaterra-Portugal de cuartos, fallaron Lampard, Gerrard y Carragher, y su selección se quedó en el camino. Messi tampoco está exento. Su error fue en la final de la Copa América 2016 ante Chile, que acabó siendo campeón.

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