La metamorfosis del Real Madrid


Solo transcurrieron 69 días entre un partido y otro, pero parece que ha pasado una eternidad. El Real Madrid de Zinedine Zidane tocó fondo el 18 de septiembre, nada más empezar la temporada, con un descalabro vergonzante en el Parque de los Príncipes ante el PSG (3-0). Poco más de dos meses después, el equipo blanco vio la luz: Desplegó su actuación más rotunda para poner contra las cuerdas al campeón francés en una exhibición que no tuvo recompensa en el marcador (2-2). El mismo rival sirve para calibrar la transformación de un Madrid antagónico en un partido y otro.



A pesar de lo amargo del chasco final tras desperdiciar una ventaja de dos goles en apenas dos minutos, el Madrid recuperó unas sensaciones de poderío que estaban extraviadas desde hace mucho, quizás desde los tiempos en los que Cristiano Ronaldo capitalizaba el ataque blanco.

En este periodo, Zinedine Zidane ha pasado de estar en el alambre y de recibir las críticas más furibundas a cosechar los elogios más desmesurados. Así se explica el cambio el Real Madrid de un tiempo a esta parte a tenor de esos dos partidos. Del Mister Hyde de París al Doctor Jekyll del Bernabéu.

Solo cuatro cambios en el once

El Real Madrid viajó al Parque de los Príncipes en su regreso a la Champions tras su sonada despedida en la edición anterior contra el Ajax en octavos. Sin el título bajo el brazo por primera vez en cuatro temporadas, los blancos medían su mejoría tras una desastrosa pretemporada ante un PSG muy diezmado en ataque por las ausencias de Neymar, Mbappé y Cavani.

En París jugaron 7 de los 11 futbolistas que después repitieron titularidad en Madrid. La ausencia de Ramos por sanción la cubrió Militao, Mendy jugó por Marcelo, James ocupó la posición de interior derecho en lugar de Valverde y Bale fue titular en detrimento del recuperado Isco, que rayó a gran nivel en el duelo del Bernabéu.

El cuadro de Tuchel, algo más rodado, le dio un severo rapapolvo a un Madrid partido, sin alma y “sin actitud ni intensidad”, tal y como denunció Zidane en la rueda de prensa posterior.

El valor de las estadísticas

Una comparativa entre las estadísticas de ambos partidos refleja en buena medida la diferencia entre un Madrid y el otro. En París los blancos acumularon 1
00,9 kms recorridos mientras que en Chamartín corrieron 106,8 kms, lo que supone 5,9 km más y, por lo tanto, una mejora en la condición física.

Otro de los datos más reveladores es el de disparos a puerta: en el Parque de los Príncipes no probaron ni una sola vez a Navas mientras que en Madrid el tico se convirtió en el héroe visitante con 10 paradas (12 tiros a portería).

Las sensaciones, sin embargo, a veces no coinciden con los guarismos. A pesar de la superioridad que exhibieron los blancos en defensa y en la intensidad respecto a un partido y otro, el Madrid ganó en París el 54% de los duelos y en el Bernabéu sólo el 46%. La posesión de balón, eso sí, mejoró: los de Zidane pasaron del 47% en Francia al 53% en España.

La precisión en los pases y los centros al área, dos indicadores de la presencia ofensiva del equipo, también crecieron: el Madrid alcanzó una precisión del 91,3% (85,9% en París). En lo que se refiere a los centros, uno de los grandes factores del mejor Madrid de Zidane, la diferencia fue abismal: solo 7 centros en la ida por 23 en la vuelta, fruto de los cuales llegaron los dos tantos de Benzema. Los saques de esquina se multiplicaron exponencialmente: 1 en París, 9 en Madrid.

Hazard como síntoma

La lesión de Hazard en la segunda parte por culpa de una entrada de Meunier frenó el ímpetu del Madrid y cortó de raíz la mejor actuación del belga con la camiseta blanca. El ex del Chelsea jugó solo un minuto menos en el Bernabéu (70), de los que disputó en París (69’), pero su impacto en el juego entre ambos partidos no se asemejó en nada.

En Madrid dio 50 pases buenos y falló 5 mientras que en Francia solo hizo 29 entregas correctas y erró 7. En las ocasiones creadas, su producción se cuadriplicó: 1 en la ida por 4 en la vuelta. El número de regates fue idéntico: 4.

Valverde y el sistema de Zidane

Las buenas sensaciones que desplegó el Real Madrid ante el PSG van más allá de los datos y buena parte del mérito de la gran actuación cabe atribuírsela a Zinedine Zidane. Del Madrid largo entre líneas e ineficaz en la presión de hace dos meses se ha pasado a un equipo compacto y activado tanto en defensa como en ataque. Los medios y los delanteros del PSG no encontraron al conjunto agrietado y tembloroso que compareció en septiembre sino a un Madrid exuberante, concentrado y solidario en todas sus líneas.

Prueba del salto cualitativo que ha experimentado el equipo es la presencia y el rol de Fede Valverde, una apuesta personal de Zidane que, con permiso de Rodryg
o, se está convirtiendo en la gran revelación de la temporada en el Madrid. El uruguayo, de 21 años, le ha arrebatado la titularidad a un tótem como Modric y su despliegue tanto en ataque como en defensa ha dinamizado un sistema blanco que fluye cada vez mejor.

La inclusión de Isco en el once también fue un golpe de efecto de Zidane, un técnico al que tradicionalmente se le achaca poco talento para los planteamientos tácticos. El malagueño, indetectable entre líneas, fue clave para que el Madrid jugara en campo contrario y minimizara, en la medida de lo posible, la amenaza del PSG en el contragolpe.

En apenas dos meses, un Real Madrid extraviado parece haber encontrado el camino para volver a ser competitivo y dominante.


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