La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha presentado este miércoles en el Congreso los planes para su mandato, que ha basado en el compromiso por el diálogo, la continuación de la reforma educativa y la búsqueda de la “equidad”.
Alegría ha destacado como objetivos la aprobación de la ley de Formación Profesional y la creación de 65.000 plazas públicas para niños de cero a tres años. Ha anunciado que a principios de 2022 presentará un nuevo sistema de formación para los docentes, así como un nuevo modelo de acceso y de carrera profesional. Y ha enviado un mensaje de tranquilidad a las familias que quieren seguir llevando a sus hijos a centros de educación especial. Como prueba de su voluntad de intentar alcanzar consensos, la ministra ha asegurado que va a incorporar “buena parte” de los cambios que las comunidades autónomas han planteado a los borradores del currículo (esto es, a cómo se aprende y se evalúa) en Infantil y Primaria.
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La dirigente socialista ha reafirmado, al mismo tiempo, su intención de proseguir con la reforma educativa iniciada con la aprobación de la ley de Educación, la Lomloe, impulsada por su predecesora, Isabel Celaá. La meta, ha dicho, es implantar un modelo de enseñanza “más competencial, aplicado, práctico, adaptado a situaciones de aprendizaje reales y basado en aprendizajes más profundos”, que “facilite el trabajo colaborativo del profesorado” y “responda a las necesidades de todo el alumnado”.
Aprender de forma distinta
Frente a las críticas de la oposición de que la reforma educativa reducirá la exigencia y bajará el nivel educativo de los alumnos, que los portavoces de PP, Vox y Cs han reiterado este miércoles en la comisión de Educación del Congreso, la ministra ha afirmado: “Nuestros niños y nuestras niñas, nuestros jóvenes, no van a aprender menos ni a esforzarse menos con el nuevo currículo, pero sí necesitan aprender de forma diferente”. Alegría ha precisado qué entiende por esfuerzo: “Me refiero a algo que se consigue con motivación, con estímulos y apoyos y no con simples exigencias. Se consigue mucho más con el bienestar que con la sanción. La escuela no la debemos diseñar para sufrir. La escuela está diseñada y tiene que estar diseñada que nuestros niños aprendan y disfruten aprendiendo”.
La ministra ha constatado el clima de optimismo, muy diferente al nerviosismo de hace un año, con el que colegios e institutos han empezado el curso, gracias en buena medida a la campaña de vacunación. Este lunes, ha dicho, el 79,4% de los jóvenes de 12 a 19 años había recibido al menos una dosis y el 60,3% la pauta completa.
Educación especial
La educación especial fue uno de los grandes incendios a los que tuvo que hacer frente Celaá. Alegría ha asegurado que el principal cambio en el terreno de la inclusión educativa consistirá en que las Administraciones estarán “obligadas a proveer de los medios necesarios a las escuelas ordinarias” para atender al alumnado con necesidades especiales. Pero que ello no restará “derechos a los niñas y niñas que están en centros de educación especial”. “Las familias de los 38.000 alumnos y alumnas que van a centros de educación especial pueden estar tranquilas”, ha proseguido, porque la Lomloe los “considera imprescindibles” para “atender a menores con discapacidad”, a la vez que les atribuye el “papel de apoyo a los centros ordinarios que refuerzan la inclusión”.
La ministra ha cerrado su intervención volviendo a tender la mano, que los portavoces del PP y Vox no han hecho amago de aceptar. “Las comunidades educativas y los centros de enseñanza creo que están cansadas de las luchas partidistas e intransigencias”, ha afirmado Alegría, “y los profesores quieren que se les dote de recursos y necesitan estabilidad para trabajar”.
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