El protocolo de 113 páginas que la NBA ha enviado a los equipos detalla el procedimiento de la liga para controlar los posibles brotes de coronavirus dentro de la burbuja. La intención es evitar parar la competición de nuevo, y el mismo documento especifica que un pequeño brote o bajo número de contagios no provocará otra suspensión. “La ocurrencia de un pequeño o esperado número de casos de COVID-19 no implicará la decisión de suspender o cancelar la reanudación de la temporada 2019-2020”, especifica el protocolo.
La NBA también ha especificado qué acciones seguirán a la detección de un positivo entre los miembros de la burbuja, un proceso muy acotado para minimizar riesgos de salud y expansión del virus dentro del complejo de Disney en el que se hospedará la liga. Cuando una persona dé positivo en una de las pruebas diarias de coronavirus, tendrán que seguir los siguientes pasos:
– La persona será relocalizada en una vivienda de aislamiento, que será una casa, hotel o habitación distinta a la que el individuo había tenido hasta entonces. En esa nueva localización ni sus cercanías no habrá ningún otro individuo que no haya dado positivo previamente.
– El individuo pasará una segunda prueba de COVID-19 tan pronto como sea posible para asegurarse de que no se trata de un falso positivo. Si en esa segunda prueba se confirma el positiva, la persona se mantendrá en la vivienda de aislamiento.
– Si la segunda prueba es negativa, un tercer examen será necesario entre 24 y 48 horas después de la primera prueba. Si esa tercera prueba es también negativa, la persona podrá volver a entrar en lo que la liga denomina como campus NBA. Si el tercer confirma el positivo, la persona quedará en aislamiento.
Para los casos positivos confirmados, la NBA les continuará monitoreando de cerca hasta que en un período de 24 horas las pruebas indiquen que el jugador ya ha pasado el virus. La liga se encargará también de proveer el tratamiento necesario a los infectados hasta su alta médica. En este punto cabe destacar que, en el caso de los jugadores, una vez hayan pasado el virus, no deberán mantenerse aislados, pero sí deberán guardar un período de dos semanas de reposo sin actividad física. Entonces pasarán una última prueba cardíaca para asegurar que están de nuevo en condiciones de salud óptimas para jugar a baloncesto.
La liga utilizará tecnología de vídeo para
trazar los contactos próximos de los casos positivos, y considerará como tales a cualquier persona que haya estado a dos metros de dicho sujeto durante más de quince minutos consecutivos. Los contactos próximos deberán pasar inmediatamente una serie de pruebas para descartar que tengan también el virus.
La NBA ofrecerá además la opción a los miembros de la burbuja de usar un dispositivo en forma de anillo que controlará el pulso, la respiración y otras variables para determinar si un jugador está experimentando síntomas de enfermedad y, por lo tanto, está en mayor riesgo de contraer la COVID-19. Esta opción, sin embargo, será voluntaria.
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