El positivo de Gobert por coronavirus no fue más que la primera ficha en caer. Una ficha que ha arrastrado a medio mundo detrás y que ha supuesto el cierre de la enorme mayoría de competiciones deportivas de todo el planeta. La NBA fue de las primeras en echar el candado, no le tembló el pulso, pero nos deja con incontables preguntas sobre el futuro de la liga y el de jugadores y trabajadores.
La primera pregunta lógica que se nos viene a la cabeza es clara: ¿Cuándo se reanudará la competición? Es difícil saberlo. Una suspensión así de la liga no se había dado jamás. La NBA se había visto obligada a posponer algunos encuentros en el pasado por distintas razones pero no un parón completo de la liga. Las otras temporadas cortas de su historia lo fueron por el
lockout
, el cierre de la patronal.
Ahora la liga se ve ante una situación totalmente nueva a la que debe dar solución. Por el momento han anunciado que esta pausa durará, al menos, 30 días. Después de esto evaluarán la situación y decidirán si mantener el parón o que el balón vuelva a botar sobre el parqué.
Un buen ejemplo lo tenemos en China, que interrumpió su competición el 1 de febrero y ayer anunciaron que buscarán reanudarla a principios de abril. Un parón de dos meses en el país donde se originó el virus, que puede parecer mucho pero no asegura la viabilidad de la liga. Después le tocará el turno a los políticos de cada estado, que tendrán que decidir si permiten públicos en los pabellones o los partidos se tendrán que jugar a puerta cerrada.
Precedentes en América
Encontrar precedentes en Estados Unidos es complejo pero no imposible. No es la primera vez que una gran liga americana suspender su competición y no la termina. Uno de los casos se dio en la Major League Baseball, que hace 25 años tuvo que dar por terminada su temporada tras una huelga de jugadores que se alargó casi un año.
El otro caso es más similar al actual, aunque se dio hace 100 años. La conocida como
gripe española, la pandemia de gripe de 1912, obligó a cancelar las finales de la Stanley Cup de hockey de 1919. El caso de la NHL deja además una curiosa anécdota sobre los equipos campeones de Toronto.
Es la tercera vez en la historia que unas series por el título podrían no disputarse el año siguiente a que Toronto resultase campeón. En 1918 Toronto Arenas ganó la Stanley Cup y, como hemos visto hace unas líneas, el año siguiente se suspendió por la gripe. Primer strike.
En 1993 los Toronto Blue Jays de la MLB se hicieron con el título en las World Series, unas finales por el título que no se disputaron el año siguiente por la huelga previamente comentada. Segundo strike.
El año pasado los Toronto Raptors se alzaron con el trofeo de campeón de la NBA con nuestros Marc Gasol, Serge Ibaka y Sergio Scariolo al frente. Ahora, tan solo nueve meses más tarde, la NBA podría verse obligada a cancelar el resto de la temporada, en un nuevo golpe de la maldición de la ciudad. Strike out.
Los sueldos de la liga
La cuestión económica es una de las mayores preocupaciones para la NBA ahora mismo. Más allá de la suspensión de la competición como tal, la viabilidad de los contratos de jugadores y trabajadores de la liga pasa a estar en el foco de atención para todos. ¿Seguirán cobrando los jugadores?
La respuesta es complicada. A priori sí, hasta el 30 de junio todos aquellos con un contrato firmado seguirán recibiendo sus respectivos sueldos. Sí que cabe mencionar el que convenio de la liga incluye algunos puntos que podrían permitir a las franquicias reducir algunos de esos salarios por causas de fuerza mayor. Tal y como indicaba esta semana The Athletic, esto seguramente desembocaría en una negociación entre la liga y la Asociación de Jugadores.
La situación de algunos jugadores es más compleja, como el caso de aquellos que tenían un contrato de 10 días cuando la liga suspendió la temporada. Joakim Noah, Dragan Bender o Chasson Randle son algunos de los afectados por esta problemática, que algunos equipos podrían intentar resolver extendiendo sus contratos hasta final de curso como gesto de buena fe.
Los jugadores que acaban contrato, los novatos, los que se planean presentarse al próximo Draft o aquellos que ya miraban de reojo a la Summer League, todos estos nadan en la incertidumbre ahora. Nadie sabe con certeza qué pasará durante las próximas semanas y meses.
Los otros grandes damnificados por esta pandemia son los trabajadores de los equipos y los pabellones de la liga. Estos son, a menudo, personas con salarios mínimos a los que la suspensión de los partidos afecta de lleno. Mark Cuban fue el primero en acordarse de ellos nada más hacerse oficial el parón de la NBA. Anunció que buscaría poner en marcha un plan de ayuda para los trabajadores de los Mavericks en los próximos días.
Como Cuban han sido muchos los jugadores que se han tomado a pecho esta problemática. Kevin Love fue el primero en anunciar que donaría 100.000$ para ayudar a pagar los salarios de los trabajadores de los Cavaliers y después le siguieron otros como Giannis Antetokounmpo, Blake Griffin o Zion Williamson. Este último aseguró que usaría su sueldo de novato para cubrir todos los estipendios de los trabajadores de los Pelicans.
Steph Curry ha ido un paso más allá, pensando en la comunidad de Oakland. El base de los Warriors se encargará de que ningún niño de Oakland que depende del colegio para tener su comida diaria se quede sin alimentos debido a la suspensión de las clases. Además, jugadores y propietarios de Golden State donarán un millón de dólares para los trabajadores del Chase Center.
Territorio virgen
Si algo está claro es que todo lo que pase en las próximas semanas será territorio virgen para la liga. Jamás se había dado una situación como esta y los precedentes en otras competiciones son tan escasos que la NBA se va a ver obligada a ir improvisando sobre la marcha. Iremos viendo cómo se desarrolla la toma de decisiones y la logística para volver a encauzar una temporada que, si el parón se alarga demasiado, tendrá difícil arreglo.
Peor escenario presenta la liga universitaria, que se ha visto obligada de igual forma a bajar el telón y suspender su torneo de final de temporada, el March Madness. Históricamente una ocasión inigualable para ver el talento de la próxima generación de estrellas, la suspensión del campeonato se presenta como un contratiempo más en el calendario baloncestista de este año.
Para los próximos meses quedan otros debates más triviales. El cálculo de los límites salariales de las próximas temporadas, los incentivos a jugadores por sus premios individuales o el impacto incluso de cara al curso que viene.
En caso de que la NBA decidiera retrasar el final de temporada, habría otra problemática que analizar. Este verano se celebran los Juegos Olímpicos, en Tokyo. El evento está programado para finales de julio pero si la liga decide posponer sus playoffs y jugarlos en verano, estos coincidirían de lleno con los JJOO. Más allá del propio Team USA, esto afectaría a todos aquellos jugadores internacionales que abanderan a sus países en el torneo.
Una temporada catastrófica
Para Adam Silver esta suspensión es la gota que colma el vaso. Ni en sus peores pesadillas podía el comisionado haberse imaginado una temporada como esta. El curso empezó con la polémica con China por aquellas declaraciones de Daryl Morey, una controversia a la que siguieron las bajas audiencias y los problemas en la expansión del producto.
Después llegaron más malas noticias, las muertes de David Stern y Kobe Bryant dejaban huérfanas a la NBA de dos de sus figuras más prominentes. Silver tuvo que lidiar con todo esto y, a título personal, realizó una excelente labor en ello. El colofón ha sido el coronavirus, una de esas cosas para las que nunca puede uno prepararse del todo. La liga ya estaba poniendo en marcha sus protocolos para disputar los partidos sin público cuando llegó la noticia del positivo de Gobert. Silver no pudo esperar más, había que bajar la persiana.
Source link