La odisea de varios diplomáticos rusos para abandonar Corea del Norte

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Ocho diplomáticos rusos junto con sus familias emprendieron una auténtica odisea para retornar a Rusia desde Corea del Norte, que mantiene cerradas sus fronteras debido a la pandemia de la covid-19. En el viaje de salida tuvieron que recorrer a pie más de un kilómetro empujando una dresina con todas sus pertinencias. “Dado que las fronteras [norcoreanas] han permanecido cerradas desde hace más de un año y el tráfico de pasajeros se ha detenido, fue un viaje largo y difícil”, informó el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores en un comunicado.

Al principio, los viajeros tuvieron que recorrer 32 horas en tren y dos en autobús para acercarse a la frontera con Rusia y, de ahí, el último tramo lo cruzaron a pie por unas vías de tren, manejando una dresina que portaba media docena de maletas.

El tercer secretario de la Embajada de Rusia en Corea del Norte, Vladislav Sorokin, se convirtió en la locomotora del grupo, precisó la diplomacia rusa. Los ciudadanos rusos, entre los que se encontraba la hija de Sorokin, de tan solo tres años, caminaron más de un kilómetro sobre las vías ferroviarias con el vehículo que llevaba sus pertinencias.

Tras superar el último tramo en el puente sobre el río Tumannaya, los viajeros consiguieron finalmente entrar en territorio ruso a través del puesto de control fronterizo Jasán, el mismo que cruzó el líder norcoreano, Kim Jong-un, durante su último viaje a Rusia en 2019.

Los diplomáticos rusos fueron recibidos en esa localidad fronteriza por sus compañeros de la ciudad oriental de Vladivostok que les acompañaron a un aeropuerto, desde donde los viajeros tomaron finalmente un vuelo con dirección a Moscú.

La imagen de los diplomáticos cruzando la frontera norcoreano-rusa ha generado gran interés mediático en la capital rusa y ha centrado una de las preguntas que le han hecho este viernes los periodistas al portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, durante su rueda de prensa diaria. Pesko señaló al respecto que la labor de un diplomático es “difícil y espinosa” pese a dar una impresión contraria. “Y esas situaciones, se ve que también ocurren”, apuntó haciendo referencia a la inusual escena.


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