EL PAÍS

La oposición venezolana lucha por salir del caos y prepara sus primarias para dentro de seis meses


Los opositores Juan Guaidó y Leopoldo López, en Caracas el 30 de abril de 2019.Manaure Quintero (Reuters)

La instalación de una Comisión Electoral para organizar unas primarias en la oposición venezolana —concebida para escoger un liderazgo unificado y participar en las elecciones de 2024— le ha devuelto un mínimo estructura al desarticulado funcionamiento de las fuerzas democráticas en Venezuela. Este lunes se ha fijado una fecha sobre la cual trabajar: el domingo 25 de junio de 2023. Si todo sale como está previsto, ese día se escogerá al candidato que se enfrentará a Nicolás Maduro en 2024.

“Para mediados de marzo deberían de estar los candidatos postulados, y se procedería a comenzar a revisar los cuadernos electorales, y evidentemente se debería comenzar también a buscar los miembros de mesas. Para eso es preciso que tengamos las juntas regionales, municipales y parroquiales funcionando”, advirtió Ismael Pérez Vigil, miembro de la comisión y especialista en materia electoral. Pese a que no se trata de una convocatoria oficial, el equipo pedirá al Consejo Nacional Electoral la habilitación de centros de votación para este proceso, que calculan en unos 3.500 necesarios.

Otro tema crucial es la actualización del Registro Electoral dentro y fuera del país. Aunque hay una fuerte presión de los sectores opositores por incluir a los millones de migrantes en el exterior —pues apenas 100.000 venezolanos están habilitados para votar en sedes consulares en la actualidad— esto tiene desafíos técnicos de importancia. Por lo pronto, han anunciado el levantamiento de un registro auditable de venezolanos migrantes en condiciones de votar en la consulta opositora y que luego puedan participar en las presidenciales. Otros posibles votantes que falta por incluir son los más de 3,6 millones de jóvenes mayores de 18 años que viven en Venezuela y que no se han inscrito todavía, según datos de la organización Súmate. Estos son parte del enorme sector desencantado de la política durante los últimos años por el declive de las garantías democráticas y los intentos fallidos por cambiar el Gobierno.

El Arca de Noé

Las relaciones personales y políticas de algunas tramas de tejido de la oposición venezolana están virtualmente rotas. La experiencia del Gobierno interino parece haber agravado esta circunstancia. En los confines de la oposición, sin embargo, hay plena consciencia de la necesidad de la unidad. La organización de las primarias es un objetivo consensuado en la ahora llamada Plataforma Unitaria, instancia en la cual los partidos mayoritarios del G-4 han dado cabida a organizaciones más pequeñas para participar en la toma de decisiones.

La presencia de Omar Barboza, de Un Nuevo Tiempo, en la Secretaría Ejecutiva de la Plataforma Unitaria, si bien no ha sido ponderada por la opinión pública, ha tenido una enorme utilidad para fortalecer acuerdos internos entre sectores enfrentados. Barboza, un político socialdemócrata muy experimentado, de línea moderada, ha centrado en las primarias una parte importante de sus esfuerzos de conciliación y también ha entregado su organización a la sociedad civil.

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Aunque en este momento predomina la decepción y la molestia con la oposición venezolana, sondeos del mes de noviembre revelan que el 72% de la población considera “urgente” un cambio político en el país y el 25,8% dijo que sí votaría en las primarias opositoras. El número es aceptable si se considera que la participación histórica en este tipo de contiendas ha rondado el 20%. “Hay un caudal de indignación que puede tornarse en esperanza activa, en participación entusiasta, si se encuentran razones para creer”, dijo Jesús María Casal, presidente de la Comisión Nacional de Primarias.

Mientras, dirigentes que aún mantienen relaciones, pertenecientes a partidos enfrentados del cosmos opositor –como Primero Justicia y Voluntad Popular-, se reúnen con el objeto de intercambiar impresiones y allanar compromisos que permitan fortalecer una estrategia conjunta de cara a las presidenciales de 2024.

“Lo más destacable del esfuerzo de la Comisión Electoral es que está alejada de la influencia de los partidos, le pertenece por completo a la sociedad civil. Se está actuando con mucha autonomía”, afirma el abogado y activista Juan Manuel Raffalli, que añade: “Podría suceder que algunas personas que han puesto sus condiciones decidan retirarse con cualquier excusa. Pero si las cosas siguen como van, está será una versión del Arca de Noé: el que no suba al barco se ahoga”.

Alacranes e inhabilitados

En la convocatoria a estas elecciones, afirman sus organizadores, están todos invitados a participar, menos los denominados “alacranes”, ciertos dirigentes opositores que han sido acusados de ser comprados por el oficialismo para colaborar con sus objetivos hegemónicos, parte de los cuales forman parte de la Alianza Democrática, una plataforma minoritaria de partidos de línea moderada que mantiene una pequeña bancada legislativa en el actual Parlamento chavista.

Desde que se instaló la comisión a mediados de noviembre se ha iniciado un período de consulta con distintos sectores. Desde María Corina Machado hasta representantes del MAS (Movimiento al Socialismo), el excandidato presidencial Henri Falcón y sectores más vinculados al chavismo crítico de Maduro como Nicmer Evans, perseguido y encarcelado recientemente, han entrado en contacto los organizadores. Hace unos días también recibieron al diputado José Brito, uno de los principales representantes de ese llamado grupo de los “alacranes”, que condicionó su participación al levantamiento de sanciones, replicando las exigencias de Maduro. De acuerdo con el balance de la comisión, se han reunido con 112 organizaciones políticas y de la sociedad civil en las últimas tres semanas.

En el contexto del diálogo, Maduro ha celebrado varias reuniones con facciones disidentes, que mantienen un tono crítico hacia la Plataforma Unitaria, y que han afirmado que no participarán en las primarias. Uno de ellos, Antonio Ecarri, afirma: “Hay un problema de respeto. Nunca se ha reconocido que hay unos factores distintos a esa Plataforma. Ellos no se pueden abrogar decisiones, porque no son mayoría, y no son los protagonistas del diálogo en México. Es la administración de Joe Biden la que está negociando con Nicolás Maduro algunos temas en esas jornadas, independientemente del drama de los venezolanos”.

Otros sectores que también han sido críticos con las cabezas de la Plataforma Unitaria y con la deriva de la oposición han manifestado su decisión de participar en el proceso, como la propia María Corina Machado. Algunos partidos minoritarios que se aglutinan en torno a la plataforma también se han anotado en la campaña. “Veo con mucho agrado que en la población hay un despertar, está renaciendo poco a poco una esperanza de que se puede cambiar”, dice Delsa Solórzano, precandidata a las primarias por el partido Encuentro Ciudadano. “La población nos acompaña en las calles, la recepción es cálida y masiva. Estamos comprometidos a dar la lucha en el terreno democrático. La gente lo ha entendido. La unidad nacional es un proceso que tiene que concretarse desde las bases”.

México marcará la agenda opositora en torno a las primarias. La participación de candidatos inhabilitados —casi todos los que tienen más alto perfil, como el propio Juan Guaidó o Henrique Capriles— y de los partidos intervenidos por el Supremo es un asunto pendiente, que puede apaciguar la participación y abrir un nuevo dilema a la oposición. Está en la agenda de la negociación en México, el reglamento de las primarias lo permite y en el seno de la comisión son partidarios que se inscriban todos y sea el elector el que haga su valoración sobre el candidato. La recomposición de la oposición ocurre en medio de la urgencia de encontrar un contendiente que enfrente a Maduro en 2024. El chavismo incluso ha lanzado la idea de un posible adelanto de los comicios para el año que viene, lo que podría estrellar los esfuerzos de la oposición, pero también del Gobierno en su intento de legitimarse y reconectar con la comunidad internacional.

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