La participación en la segunda vuelta de las legislativas en Francia cae ligeramente y se sitúa en el 38,11%

La participación en la segunda vuelta de las legislativas en Francia cae ligeramente y se sitúa en el 38,11%

La conciencia de que no todo está decidido de antemano parece haber movilizado algo más a los franceses llamados este domingo a elegir, en segunda y última vuelta, a los diputados que conformarán la Asamblea Nacional. A las 17:00, la tasa de participación se situaba en 38,11%. Es levemente inferior a la que se registraba a la misma hora en la primera vuelta de la semana pasada (39,42%), pero mayor que la que se dio en las legislativas de hace cinco años, cuando la tasa cayó a 35,33% en la última ronda, según ha informado el Ministerio del Interior.

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Uno de los factores de esta mayor movilización podría ser la incertidumbre que marca esta nueva ronda electoral, donde la intensa campaña realizada por la alianza de partidos de izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon, la NUPES (Nueva Unión Popular Ecológica y Social), ha hecho tambalearse las perspectivas del macronismo de revalidar su “mayoría sólida”, como la ha definido Macron, del primer mandato.

En 2017, prácticamente todos los franceses daban por segura la victoria legislativa aplastante del macronismo, lo que llevó a muchos a no votar en la segunda vuelta. Ahora, todo está mucho más abierto y la NUPES, aunque no parece que vaya a lograr su ambición de convertirse en la fuerza mayoritaria en el hemiciclo e imponer así a Macron un gobierno de cohabitación con Mélenchon como primer ministro, sí podría convertirse en la segunda fuerza parlamentaria del país.

Una mayor participación, según los institutos de sondeo, beneficiará a los partidos de izquierda, cuyo éxito depende fuertemente del voto joven y de las clases populares, los dos sectores donde el abstencionismo es más marcado: en la primera vuelta, el domingo pasado, el 75% de los menores de 25 años no acudió a votar. La capacidad de movilización del electorado no se podrá confirmar hasta las 20.00, cuando cierren los últimos colegios electorales en las grandes ciudades.

En cualquier caso, los datos vienen a confirmar la tendencia a una abstención creciente en Francia elección tras elección. En 2012, la participación en la segunda vuelta de las legislativas era, a las 17.00, de 46,42%, una cifra que cinco años antes se elevaba al 49,58 %. La semana pasada, la primera vuelta de las legislativas se cerró con una abstención récord del 52,49%. Según las primeras proyecciones del instituto Ifop, la cifra podría aumentar ahora hasta el 54%. Una cifra alta y que ratifica el desencanto generalizado ante las urnas, pero que no superaría a la fuerte abstención de las parlamentarias de 2017, cuando llegó al 57,36 %.

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En un intento de dar ejemplo, la mayoría de las figuras políticas del país acudieron a votar temprano. La líder de extrema derecha Marine Le Pen, que aspira a que su partido, Reagrupamiento Nacional, logre formar un grupo parlamentario (para lo que necesita al menos 15 diputados) por primera vez en tres décadas, lo hizo a media mañana en su feudo de Hénin Beaumont, en el norte del país. Mélenchon, que no es candidato, votó en Marsella, mientras que la primera ministra y candidata a un escaño, Élisabeth Borne, lo hizo en Calvados, en Normandía. Macron fue el último en acudir a su colegio electoral, en Le Touquet, también en el norte, pasado el mediodía, y tras tomarse un buen rato para saludar a quienes habían acudido a verlo.

Más allá del equilibrio en la Asamblea Nacional, Macron se juega este domingo también la estabilidad de su Gabinete, en el que la mitad de sus ministros son candidatos a diputado, incluida la primera ministra Borne. El presidente ha sido tajante: quien no consiga su escaño, tendrá que dimitir.

El primer revés del mandatario llegó desde los territorios de ultramar, donde se comenzó a votar el sábado y ya se conocen los primeros resultados. La secretaria de Estado para el Mar, Justine Bénin, ha sido derrotada por un candidato de izquierdas apoyado por la NUPES. Aunque todavía no se ha pronunciado, se cuenta con que presentará su dimisión. Al menos otros tres ministros de Macron están en la cuerda floja: el ministro delegado de Europa, Clément Beaune; el ministro de la Función Pública, Stanislas Guerini, y la de Transición Ecológica y Cohesión de Territorios, Amélie de Montchalin, partían con desventaja en las encuestas de cara a sus rivales de este domingo.

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