La primera camiseta de la ‘marca’ Villarejo

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Imagen frontal y trasera de la camiseta que le intervienen a la trama de Villarejo, con el logotipo (centro) de la marca del comisario pegado en una manga.
Imagen frontal y trasera de la camiseta que le intervienen a la trama de Villarejo, con el logotipo (centro) de la marca del comisario pegado en una manga.

José Manuel Villarejo siempre ha sido un hombre de negocios. Si durante su paso por la Policía Nacional tejió una red empresarial que le permitió amasar una fortuna, durante sus más de tres años entre rejas tampoco quiso perder el tiempo. Antes de abandonar la cárcel de Estremera (Madrid) el 3 de marzo, el comisario jubilado registró su propia marca: “Comisario Villarejo”, la bautizó. E incluso comenzó a estudiar cómo rentabilizarla, según contó uno de sus antiguos compañeros de prisión, Alfonso Pazos, detenido el pasado octubre acusado de intentar vender los supuestos secretos de Estado que le facilitaba Villarejo. “Me ofreció el 10% de los beneficios que generara la explotación de la marca”, afirmó Pazos a los investigadores, que encontraron en su casa una camiseta con el logotipo ya incorporado. Es la primera que se conoce.

El curioso hallazgo se produjo el 23 de octubre. La comisión judicial se plantó ese día en el domicilio de Pazos en Andoain (Gipuzkoa) para registrarlo. Fue entonces cuando María Ascensión Fernández, mujer del compañero de cárcel de Villarejo y también detenida por su presunta implicación en la trama, les entrega la prenda de vestir. “La señora aporta una camiseta azul con la inscripción ’88 Commad’ en la parte delantera y con un parche en la manga derecha con la inscripción de ‘Comisario Villarejo’. Se interviene la misma”, escribió en ese momento la letrada de la Administración, que la catalogó como el indicio AE12. Los agentes la fotografiarían más tarde.

Durante esta intervención, los investigadores localizaron un portafolios de plástico que guardaba seis folios de la “resolución de concesión de la marca nacional Comisario Villarejo”. Según el registro, el comisario jubilado inscribió esta marca para actividades relacionadas con la “educación, formación, servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales”; y para “servicios jurídicos, y servicios de seguridad para la protección física de bienes materiales y personas”. “Mi marido ayudó al señor Villarejo para registrar la marca”, aseguró María Ascensión Fernández en su declaración ante la Policía. Aunque, realmente, no solo le echó una mano para eso.

Pazos es un exmilitar y abogado, que se encontraba encarcelado en Estremera y que aprovechó los permisos de salida para contactar en nombre de Villarejo con diferentes personas a quienes ofrecía supuestos secretos de Estado a cambio de cantidades millonarias. A cambio de su intermediación, pretendía “pegar un buen pelotazo”, cuenta Fernández a un familiar, según apuntan los investigadores en sus informes, a los que tuvo acceso EL PAÍS.


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