La Primera vuelve a negarle la entrada al Girona

No hay explicación alguna, es totalmente imposible de comprender. La Primera
División le ha vuelto a cerrar las puertas al Girona de una forma muy cruel, en el último momento, cuando más cerca estaba que nunca. La historia se repitió, por segundo año consecutivo y por quinta vez en las últimas temporadas. El Girona seguirá una temporada más en Segunda pese a haber estado vivo hasta el final.

La historia se alarga, se repite o incluso empeora. Ni Francisco, ni un grupo de jóvenes con ambición que han hecho un final de temporada espectacular han sido capaces de cambiar la historia, de cambiar el destino de un club que se tropieza una y otra vez en la misma piedra. Almería, Osasuna, Elche y Rayo Vallecano, todos ellos han logrado lo que el Girona no ha conseguido, ascender en una final del playoff. Y todos ellos ante el Girona. Increíble pero cierto. Y tan cierto.

Las caras de los aficionados lo decían todo. El sentimiento de frustración y tristeza al ver que el sueño se volvía a escapar cuando lo estabas tocando con la punta de los dedos. Cuando habías ganado por primera vez un partido de ida de una final, cuando llegabas al duelo en las mejores sensaciones y cuando tan solo en una ocasión te habían ganado por 0-2 en casa esta temporada. Todo se desvaneció tras el pitido final de Iglesias
Villanueva, pero las caras de tristeza y desolación empezaron antes.

La puerta se vuelve a cerrar, sin opción de poder recuperarse. Mañana volverá a salir el sol, sin duda, pero el Girona ha vuelto a recibir un mazazo terrible del que será más que difícil poder recuperarse. La realidad es que el Rayo
Vallecano superó al Girona en el primer tiempo, fue mejor y lo más preocupante, hizo daño al equipo con armas con las que el equipo catalán ya sabía que se lo podía hacer. Francisco reaccionó y movió todo lo que pudo. Jugadores, sistemas, pero no hubo manera. Ni Stuani, que siempre ha aparecido en los momentos importantes, ni tampoco Samu, futbolista con un don especial. Nadie. La afición, que lo intentó hasta el final, tampoco pudo darle el empuje necesario a un equipo que se desvaneció entre las pérdidas de tiempo del Rayo y los recuerdos de lo que ha ocurrido tantas veces en Montilivi.

Ahora las dudas son muchas, la incertidumbre es máxima. El futuro de muchos, el primero Francisco, está en el aire. Es realmente difícil poder llegar donde ha llegado el equipo en las últimas dos temporadas, pero la realidad le ha vuelto a girar la cara al Girona.


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