La razón por la que comemos tantísimo en Navidad tiene su origen en un libro

Turrones, marisco, jamón, polvorones y así durante días. La verdad es que en estas fiestas no paramos de degustar manjares. ¿Ya sabes por qué comemos tantísimo en Navidad? Pues tiene varios orígenes. De todas formas, lo mejor es que no te pases y te lo tomes con calma.

Todavía quedan algunos días de fiesta, así que ves pensando en menús algo más saludables, sin dejar de lado los turrones y otros productos típicos de estos días.

Por qué comemos tantísimo en Navidad

Aunque hay diversos orígenes y la tradición cristina tiene mucho que ver en ello, en general que comamos tanto en esta época tiene que ver con un libro. Y es el famoso Cuento de Navidad, Charles Dickens, pues en sus pasajes ya se explica como las familias comían sin parar con todo tipo de alimentos, desde el famoso pavo a los postres de puding, etc. incluso aquellos que tenían menos recursos ahorraban durante el año para poder comer en estos días con manjares especiales.

Dickens no fue el único que narró estas comilonas, pues el escritor Benito Pérez Galdós también contaba como los pavos eran engullidos en diversas casas.

Como hemos apuntado, la tradición cristiana marca un cierto ayuno antes de la misa del Gallo, que es entonces cuando ya se podía empezar a comer de forma más abundante. En un inicio se comían pescado, verduras y aves, fue posteriormente cuando también se compraron mariscos, algo que actualmente reina en muchas mesas para esta época del año.

Al parecer, durante  el día 24 de diciembre, lo normal era hacer penitencia y sólo se comía una vez al día y sin nada de carne.  Así que la Nochebuena de antaño poco tenía que ver con la nuestra, ya que se comía poco y de forma ligera. Algo que perduró hasta el año 1966.

Como vemos, más que los diversos libros que relatan sobre ello, es nuevamente la tradición cristiana la que marca las maneras de hacer esta época del año, de igual forma que sucede durante la Cuaresma.

Así en un inicio, se solía tomar sopa donde se incorporaban diversidad de verduras y especialmente porque estaba caliente para pasar el invierno. Sea como sea, y aunque cada vez hay más tradición de hacer menús saludables, parece que la tradición por comer de forma abundante no desaparece. Si  bien debemos cuidar nuestra salud, y mezclar hortalizas y verduras, con sopas y pescados. En cuanto a los dulces, aconsejamos no abusar.


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