La Real despierta a tiempo ante el Mallorca


Como sucediera ante el Espanyol, los insultantemente jóvenes Barrenetxea e Isak se empeñaron en demostrar ante el Mallorca que nadie puede volverse loco por las marchas de Januzaj y Willian José en el mercado invernal. Ante el Mallorca, con el belga en el banquillo y el brasileño en la grada, los dos liquidaron en los diez primeros minutos de la segunda parte un partido espeso y poco lúcido en su primer acto, pero en el que la Real multiplicó su intensidad, su energía y su voracidad tras el descanso para llevarse por delante al rival bermellón con los tantos de sus imberbes estrellas. Portu también encontraría el premio a su soberbio partido con el tercero a nueve minutos del final, que terminó de redondear la goleada.



Con la consabida ausencia de Willian
José, Isak volvió a ser la punta de lanza de un equipo en el que la principal novedad fue el regreso al eje del centro del campo de Igor
Zubeldia. Zaldua y Portu fueron las otras dos variantes con respecto al equipo que el miércoles ganó al Espanyol.

En esta ocasión, la entrada de la Real en el partido estuvo lejos de la energía que derrochó otras tardes en Anoeta. Su juego fue espeso durante un primer acto en el que le costó muchísimo romper líneas y en el que casi todo acababa en centros laterales sin peligro alguno. En este contexto, el Mallorca no se sentía incómodo ni atosigado. Tampoco se lanzó con descaro hacia arriba, pero el conjunto balear probó antes que la Real al portero rival. Remiro tuvo que contestar en el minuto 8 a un lanzamiento lejano de Lumor que llevaba veneno. Budimir cazó el rechace, pero su cabezazo, a puerta vacía, se fue arriba. Pocos minutos después, en el 20, fue Junior quien se anticipó a Llorente para rematar hacia portería un córner bien botado desde la izquierda. Remiro blocó sin demasiados problemas.

El control, para la Real

Los txuri urdin no inquietaron a Reina hasta el minuto 23, cuando un buen centro de Oyarzabal desde la línea de fondo fue rematado por Portu, pero el arquero visitante salvó bien con los pies. Pese a que su juego discurría por los derroteros de la espesez y la monotonía, la Real tenía el control total del partido en un primer acto que bien pudo finalizar con un gol de Isak, porque el sueco tuvo la ocasión más clara del primer acto en el minuto 40. Hizo un gran control orientado con el pecho tras un centro de Merino, pero en lugar de rematar con la zurda esperó a que el cuero le quedara bien para golpear con la derecha y empleó el interior en lugar del empeine, oponiendo así un remate demasiado fácil para Reina cuando lo tenía todo para marcar. El meta isleño despejó. Con este escaso bagaje en el primer acto enfilaron los dos equipos los vestuarios.

El inicio del segundo sería como la noche y el día con respecto al primero. Comenzó con la mejor jugada del partido. Tras una buena combinación de pases a la primera, Oyarzabal abrió para una nueva galopada de Aihen. El lateral puso un centro precioso al segundo palo, por donde entraba Portu. En lugar de rematar, el murciano la puso de nuevo hacia adentro, donde Isak, en el área pequeña, hizo el 1-0 a placer.

Fuera por el gol de salida, por la charla de Imanol al descanso o por la atmósfera que se empezó a generar en el estadio, la Real era otra en la reanudación. Tenía toda esa energía, ambición y fuerza que le faltó en el primer acto y fruto de esa voracidad en la presión, Llorente robó en línea de tres cuartos y el cuero fue a parar a botas de Barrenetxea, que acababa de entrar en el campo por Oyarzabal. El canterano disparó desde fuera del área y mandó el primer balón que tocó al fondo de las mallas. No sin fortuna, puesto que su disparo probablemente no habría entrado de no golpear en Gámez.

Los dos autores de estos dos goles que sentenciaron el partido en poco más de diez minutos se erigieron en los protagonistas de los siguientes y asumieron el peso del equipo como si tuvieran 10 años más de los 20 y 18 que lucen sus documentos de identidad. El canterano asistió a Portu, que cruzó demasiado en el minuto 62 y el segundo hizo una jugada de funambulista en el 68 para dejar con el molde a tres defensores del Mallorca antes de picar en busca de la cabeza de Merino, que no encontró el balón.

Isak y Barrenetxea, la atracción

Alex y Ander, Ander y Alex eran la atracción de la segunda parte. El donostiarra provocaba el olé de la grada cada vez que se relacionaba con el balón y el sueco buscaba el segundo con el colmillo afilado. Del Mallorca no había noticias. Bastante hacía con contener el vendaval que había desatado en la segunda mitad.

Con el paso de los minutos y los tres puntos en el zurrón, el ciclón txuri urdin fue bajando revoluciones, quizá pensando en la Copa, pero aún así Barrenetxea tuvo tiempo de enredar a la defensa balear por la izquierda para ceder atrás hacia Odegaard. El chut raso del noruego lo desvió Reina, pero ningún defensor suyo pudo evitar que Portu pusiera el 3-0 al rematar el rechace a placer.

Real Sociedad, 3

Remiro; Zaldua, Llorente, Le Normand, Aihen; Zubeldia, Merino (Guevara, m. 76), Odegaard; Portu, Isak (Januzaj, m. 79), Oyarzabal (Barrenetxea m. 56).

Mallorca, 0

Reina; Fran Gámez, Valjent, Raíllo, Agbenyenu; Lago Junior (Kubo, min. 70), Febas (Pozo, m. 58), Baba, Dani Rodríguez; Hernández, Badimir (Abdon, m. 82).

Goles:

1-0: Isak (m. 46).

2-0: Barrenetxea (m. 57).

3-0: Portu (m. 81)

Árbitro: Jaime Latre. Amonestó a Valjent.



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