La Real no marca ni arrasando

La Real no marca ni arrasando

Es difícil de explicar que la Real no se marchara por delante en el marcador al descanso. Asedió una y otra vez, por dentro, por la derecha, por la izquierda, desde la frontal, con centros, con unos para uno a una zaga ilicitana extremadamente débil. Eso sí, la realidad es que Remiro paró más que Edgar Badía. El navarro se lució con una manopla que detuvo un misil tierra-aire de Gumbau que se colaba por la escuadra, y luego repitió intervención ante otro lanzamiento lejano, fuerte y más centrado del mismo centrocampista del Elche. Boyé causó problemas a Le Normand con disputas y grandes controles. Y, todo lo demás, fue Real Sociedad.

Aihen fue una bocanada de aire fresco por la izquierda, principalmente en ataque. Desbordó, regateó y se asoció con acierto, e incluso se animó con un par de centros tensos que, como de costumbre, no encontraron rematador. Pero los protagonistas de la primera parte fueron otros dos zurdos. David Silva y Kubo. El nipón erró una clarísima ocasión con todo a favor que le brindó el canario tras un recorte descomunal y un pase que ningún jugador del Elche vio venir. Pero la presencia de ambos fue tan constante como determinante. Se pudieron marchar con tres asistencias cada uno perfectamente. Pero no hubo manera. Pidió penalti la Real por una patada en el aire a Kubo en el último suspiro, pero Sánchez Martínez dijo que no.




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