La renuncia oficial de Rosselló no acalla las protestas en Puerto Rico



Ricardo Rosselló ha dejado de ser oficialmente el gobernador de Puerto Rico. Este viernes a las 17.00 horas, en medio de la incertidumbre sobre quién lo sucedería, Rosselló ha dicho en un comunicado de prensa que el excongresista Pedro Pierluisi jurará el cargo. El gobernador saliente nombró esta semana a Pierluisi como secretario de Estado, y por ende, es quien debe asumir la gubernatura. Una hora antes del anuncio, la Cámara de Representantes aprobó con el mínimo de los votos el nombramiento de Pierluisi. Sin embargo, no se sabía con certeza si podría hacerse ya con la gubernatura porque el Senado aún no ha votado sobre el asunto. Rosselló argumentó que no se necesita la aprobación de ambas cámaras sobre porque nombró al nuevo secretario de Estado cuando la Legislatura no estaba en sesión.
La calle no recibió bien la noticia. La filtración hace tres semanas del chat entre Rosselló y los altos mandos de su Gobierno con mensajes sexistas, homófobos y donde se orquestaban posibles delitos de corrupción, encendió la furia de los boricuas. El pueblo salió en masa a exigir su dimisión, hasta conseguirlo el miércoles pasado. Este viernes volvieron a protestar fuera de La Fortaleza, la casa del gobernador, porque no quieren que Pierluisi tome el control de la isla. El exdegelado de Puerto Rico ante Estados Unidos es considerado como no apto para hacerse con la gubernatura por posibles casos de conflicto de interés. Pierluisi trabajó como asesor de la Junta de Control Fiscal (JCF), el polémico ente estadounidense que supervisa las finanzas de la isla. Por estos antecedentes es que los boricuas salieron una vez más a la calle para reclamar contra sus líderes.
La filtración del chat provocó una ola de renuncias en el Gobierno puertorriqueño. Luis G. Rivera Marín, que figuraba entre los miembros del grupo de Telegram dimitió como secretario de Estado. Cuando Rosselló hizo lo propio, todas las miradas se dirigieron a la jefa del Departamento de Justicia, Wanda Vázquez, que por dictamen constitucional es quien debe asumir como gobernadora cuando no hay nadie al frente de la secretaría de Estado. En un principio se vio dispuesta, pero el pueblo se manifestó en contra. La Oficina de Ética Gubernamental está investigándola a Vázquez por su negativa a indagar irregularidades en la gestión del devastador huracán María. Con su rechazo, Rosselló se apuró en nombrar a un secretario de Estado para que lo sucediera.
Rosselló, del Partido Nuevo Progresista (PNP), citó el Artículo 1 de la ley número 7 para anunciar que Pierluisi jurará como próximo gobernador de Puerto Rico -sin especificar cuándo-. La normativa citada explica que es el secretario de Estado quien debe asumir como gobernador. Los expertos constitucionalistas citados por Reuters cuestionan que la acción sea legal ya que la Cámara de Representantes había aprobado el nombramiento del abogado, pero el Senado todavía no vota sobre el asunto. El presidente de la Cámara Alta, Thomas Rivera Schatz, adelantó el jueves que Pierluisi no cuenta con los apoyos suficientes para asumir el cargo: “Pedro Pierluisi no tiene los votos de la mayoría. No los tiene”.
De los 51 legisladores de la Cámara de Representantes, 26 votaron a favor de Pierluisi, 21 en contra y uno se abstuvo. Tras conocer el resultado de la Cámara Baja, Schatz afirmó que había que respetar la votación. “El próximo miércoles, el pleno del Senado atenderá (la votación). Ese día quedará resuelto el asunto. Puerto Rico PRIMERO. Nadie tenga dudas”, escribió en su Twitter. Sin embargo, a los pocos minutos, cuando se dio a conocer la renuncia de Rosselló y su justificación de que no eran necesarias las dos cámaras para oficializar al nuevo secretario de Estado, porque lo había nombrado cuando la Legislatura no estaba en sesión, el tono fue distinto. “Las recientes expresiones del gobernador saliente sobre la forma de llevar a cabo la transición luego de su bochornosa salida son más que elocuentes”, criticó Schatz.


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