Las palabras de la estrella de Los Angeles Lakers después de su eliminación en los playoffs sorprendieron a todo el mundo, pero del dicho al hecho hay un trecho
En la liga hay escepticismo sobre las intenciones reales de retirada del jugador de 38 años, que en el pasado ha dado varias pistas sobre su horizonte real para dejarlo
“Tengo que pensarlo”. Con estas palabras, LeBron James sembró las dudas sobre su futuro como jugador profesional de baloncesto. La estrella de Los Angeles Lakers y la NBA fue muy sincero tras verse barrido por los Denver Nuggets en las Finales de la Conferencia Oeste. Aunque le quedan dos años de contrato y mucho juego en sus veteranas piernas, los rumores de retirada se han disparado desde entonces y llevan días copando titulares y posición privilegiada en los medios de todo el mundo. ¿Es realista pensar en el adiós definitivo de la leyenda? ¿Por qué dijo esas palabras al ser preguntado sobre su continuidad en la liga?
Analizamos los cinco motivos por los que LeBron dijo lo que dijo y que invitan a pensar que no cumplirá con la amenaza de retirarse:
La narrativa
De la barrida de Denver al futuro de LeBron
El primer y principal motivo que explica las palabras de LeBron James sobre su futuro es la decepción de la derrota por 4-0 ante los Nuggets y su gran dominio del entorno mediático de la competición. Desde que pronunció el “tengo que pensarlo”, el foco ha pasado de la eliminación contundente de los Lakers a su reflexión sobre una hipotética retirada que meditará, en teoría, este verano. Su confesión, después de anotar 40 puntos y jugar todo el partido menos cuatro segundos, sorprende en el plano deportivo, pero no en el extradeportivo. Uno de los grandes talentos del ‘6’ ha sido el dominio del discurso en la liga.
El hijo
¿Dónde queda el sueño de jugar con Bronny?
“Necesito estar en la pista junto a mi chico, debo estar allí con Bronny”, reiteraba LeBron James este mismo año a los micrófonos de la ESPN. Es un deseo que ha comentado en más de una ocasión y desde hace tiempo. Para ello, debería cumplir los dos años de contrato que le quedan. “Puede ser con el mismo uniforme o en un partido contra él… me encantaría juntos, eso sería ideal”, decía sobre su plan concreto. Bronny estará en la universidad el próximo curso y se presentará, muy probablemente, al Draft de 2024.
El dinero
Casi 100 millones asegurados
Este verano, LeBron arranca una extensión de contrato con los Lakers de dos temporadas a cambio de 97 millones de dólares. Por supuesto que no los necesita, pero allí están encima de la mesa. La próxima temporada serían 47 millones y luego tendrían una opción de jugador de 50 si desea continuar con el equipo. Como se desprende del contrato, podrá decidir dónde jugar cuando más le importa… cuando Bronny pueda ser elegido en el Draft para jugar junto a él en la temporada 2024-2025.
La presión
Espabilar a los Lakers y Rob Pelinka
Las declaraciones de LeBron son tanto una barrera de humo para desviar las críticas y la narrativa como una estrategia para pasar la presión a los despachos de L.A. Los cambios de febrero revitalizaron un equipo casi perdido, pero se han demostrado insuficientes. James siempre quiere más y mejores compañeros, y el mensaje sobre “pensarlo” también depende de esta variable. Si los Lakers le rodean de compañeros de alto nivel y él se ve capaz de ganar el anillo con el grupo formado, no dudará ni un segundo.
El legado
Un quinto anillo como Magic y Kobe
Haga lo que haga, LeBron James pasará a formar parte del Olimpo de la NBA cuando decida retirarse. Si lo hiciera ahora nadie le echaría nada en cara. Si lo hace en el futuro, tampoco. Eso sí, en su mente está la idea de lograr un quinto anillo, que si llega con los Lakers le situaría a la altura de otros dos mitos de la franquicia como Magic Johnson y Kobe Bryant, solo uno por detrás del GOAT Michael Jordan. Con 38 años ha promediado 28,9 puntos, 8,3 rebotes y 6,8 asistencias, números impresionantes que le han ayudado a rebasar a Kareem Abdul-Jabbar como el máximo anotador de todos los tiempos. Al nivel que está, le quedan uno o dos años muy buenos… y nadie le dirá que no a su continuidad.
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