A primera vista, los espectadores pueden ver la nueva serie Starz La torre y se preguntan por qué la red de cable premium optó por dar luz verde a este thriller de espías en lugar de ofrecer una tercera temporada de la mucho más convincente e inteligente. Contrapartida. Las similitudes a nivel de la superficie entre los dos son innumerables, ya que el ahora cancelado drama de espionaje combinó con astucia la ciencia ficción con la nave espía, mientras que La torre intenta hacer lo mismo, aunque con un elemento sobrenatural que es solo uno de los varios componentes que toman prestado de la cultura popular.
La serie comienza con su personaje principal, Myfanwy Thomas (Emma Greenwell, Desvergonzado), despertándose cerca de un río entre varios cadáveres, sin recordar quiénes son o cómo llegaron allí. Sumado a la confusión está su amnesia selectiva, que la ha dejado sin ningún recuerdo en cuanto a su propia identidad, creando así una base narrativa similar a la de La identidad de Bourne. Aparte de las obvias similitudes de la serie con la franquicia de Matt Damon (lo siento, Jeremy Renner), la mecánica de este dispositivo en particular está, ante todo, para cumplir un propósito completamente diferente y completamente superficial: permitir que Myfanwy (rima con Tiffany) ser tanto el protagonista confundido, incierto en cuanto a la veracidad de lo que alguien le dice, y También su propia máquina de exposición (y, por tanto, la de la audiencia), presentándose a sí misma en todos los diversos detalles y preguntas que derivan de su borrado de memoria. El enfoque también proporciona una introducción pasiva a los diferentes jugadores en lo que equivale a un Tinker Tailor Soldier Spy-como escenario que también incluye a Joely Richardson como la jefa de Myfanwy, Lady Farrier, y Olivia Munn como una fuerte agente estadounidense llamada Monica Reed.
Todos los personajes funcionan, de una forma u otra, alrededor de una agencia británica clandestina conocida como Checquy, esencialmente espías con habilidades paranormales, lo cual es lo suficientemente atractivo como un concepto que la adición de la pérdida de memoria de Mfanwy y su posterior recorrido autoguiado a través de la trama laberíntica esa fue su vida previa a la eliminación de la mente en una gran cantidad de ideas difíciles de manejar. Como tal, la serie se esfuerza desde el principio por hacer malabarismos con sus muchos hilos, mientras se deleita con varios tediosos episodios de exposición entregados por Myfanwy a Mufanwy, ya sea en forma de diarios de video o cartas escritas a mano que quedan en su escritorio de trabajo. La intriga de Myfanwy, que se cree a sí misma dentro de Checquy, es responsable de su confusión, y que, por lo tanto, no debe confiar en nadie, se ve socavada por la disponibilidad de información que dejó su pasado, en particular, las cartas de nadie en un superintendente. La organización gubernamental secreta (es decir, paranoica) parece estar al tanto.
Dicho esto, aunque su ejecución es lánguida y torpe al principio, y a menudo se lee como un pastiche de X-Men, La Identidad Bourne, y varias novelas de John le Carré, La torre No le falta ambición. Eso es más evidente en los intentos del programa de equiparar a sus personajes sobrenaturalmente poderosos, personas con habilidades de variante extrema (o EVA, por sus siglas en inglés), con víctimas de la trata de personas. Esto abre un hilo de trama potencialmente fascinante y relevante que mejoraría la base de la serie, siempre que La torre podría enfocar su atención el tiempo suficiente para desarrollar una historia en torno a tal revelación.
Desafortunadamente, el inicio de la serie se ve abrumado por una avalancha de ideas a medio formar que envuelven un concepto ya nebuloso. Después de las primeras cuatro horas, no es irrazonable que alguien que esté mirando se pregunte cómo la manipulación de Myfawny por parte de alguien dentro de Checquy, el tráfico de EVA y la investigación de Reed sobre un agente estadounidense muerto deben conectarse, y mucho menos por qué a la audiencia le debe importar.
La mayoría de los problemas comienzan con el extraño acercamiento de la serie a sus individuos con poder sobrenatural, ya que sus diversas habilidades (incluidas las de Myfanwy) están en su mayoría mal definidas. En particular, hay un cuarteto de investigadores rubios que comparten una mentalidad de colmena y recientemente tuvieron una cita con Myfanwy. La renuencia de la serie a establecer reglas en torno a los poderes de sus personajes es, en última instancia, en detrimento de la historia, algo que se agrava por la forma en que la serie encarga a sus actores retratar a personas superpotentes sin la ayuda de efectos visuales. Mientras que este enfoque de baja fidelidad sin duda hace La torre Una opción más atractiva financieramente para Starz, también tiene el inconveniente inevitable de hacer que los actores parezcan estúpidos, ya que si esperan que algún VFX llamativo ayude a convencer al público del potencial de otro mundo de su personaje. En su lugar, solo hay un montón de puños y puños muy intensos. El espectáculo hubiera sido mejor si se recortara a un cartel que dice: Nos aseguramos de que se usen los poderes.
Si bien la serie se enfrenta a restricciones presupuestarias obvias, una cantidad excesiva de ideas en gran parte no formadas y al menos una trama secundaria no esencial que involucra al personaje de Olivia Munn, el ritmo es, en última instancia, su peor enemigo. La torre Es muchas cosas, pero ser lento hasta el punto de agotamiento es prácticamente su tarjeta de presentación. La serie hace que AMC esté enervado. Rubicon parece la primera mitad sobrestimada de cualquier película de Michael Bay. Dicho esto, hay intriga aquí y una historia convincente que espera ser cultivada. Pero La torre Tendrá que seleccionar varios subprocesos innecesarios de la trama y distinguirse como algo más que un extremadamente bajo perfil. X-Men / Identidad Bourne mashup con el fin de mantener el interés.
La torre se estrena el domingo 30 de junio a las 8pm en Starz.