La salud de Benedicto XVI: grave pero se mantiene estable, según el Vaticano


CIUDAD DEL VATICANO – El Vaticano informó este jueves que Benedicto XVI se encontraba lúcido, consciente y estable, pero que su estado sigue siendo delicado un día después de que funcionarios revelaran que la salud del papa emérito de 95 años se había deteriorado recientemente.

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó en un comunicado que el papa Francisco pide oraciones continuas “para acompañarlo en estas horas difíciles”.

El miércoles, Francisco reveló que Benedicto XVI estaba “muy enfermo” y fue a verlo a su casa en los Jardines del Vaticano. La Santa Sede dijo más tarde que la salud de Benedicto XVI se había deteriorado en las últimas horas.

La diócesis de Roma ha programado una misa especial en honor de él el viernes en San Juan de Letrán, la antigua basílica de Benedicto XVI en su calidad de obispo de Roma.

La noticia del deterioro de la salud de Benedicto XVI inmediatamente planteó preguntas sobre lo que sucederá cuando muera, dada la realidad sin precedentes de tener un papa reinante que presumiblemente presidirá el funeral de un pontífice emérito.

Expertos vaticanos prevén que el funeral se asemejará al de cualquier obispo de Roma, aunque se espera que haya delegaciones oficiales para honrar a un exjefe de Estado, así como peregrinos de la Alemania natal de Joseph Ratzinger y más allá.

BENEDICTO XVI, EL PRIMER PARA EN RENUNCIA EN 600 AÑOS

Desde el 2 de abril de 2013, Ratzinger vive rodeado de su “familia” vaticana, formada por un secretario y cuatro mujeres laicas consagradas del instituto “Memores Domini”, que pertenece al movimiento Comunión y Liberación, que se reparten las tareas de la casa y se ocupan de las necesidades del papa emérito.

Benedicto XVI, el primer papa en renunciar al pontificado desde tiempos de Gregorio XII, a principios del siglo XV, ha salido en muy pocas ocasiones de los muros leoninos, una vez para visitar a su inseparable hermano en el hospital y en junio de 2020 cuando viajó hasta Ratisbona para verlo de nuevo pocas semanas antes de que muriera.

Miles se suman a una cadena de oración en la que, con veladoras, piden que no sufra.


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