La Supercopa de los creyentes

Diego Simeone cree en sus jugadores. Es su maná. Su energía, su fuerza, su esperanza. Pero el profeta es él. Subirían los atléticos a la montaña sagrada de Mahoma en Medina sólo para escuchar al Cholo diciéndoles que lo conseguirán. Simeone cree porque ha visto como su equipo hacía el milagro de remontarle un partido a un Messi inmenso con Correa cojeando, cree porque sabe que su fuerza está en ese grupo que no se rinde nunca.



Zidane está feliz, especialmente feliz. Convencido de lo que hace. Los que pensaban que Zidane tenía una flor, los que decían que era sólo un ‘alineador’ ahora se esconden detrás de las dunas, para que el desierto les devore. Zidane cree en lo que está haciendo, en su idea de construir un Real Madrid sólido en defensa y con los peloteros jugando con más libertad.

Es la final de la Supercopa de los creyentes, dos equipos invitados a este torneo en los despachos y que se disputarán el primer título de la temporada en un ambiente de buen-rollismo muy propio de los compinches que saben que a esta fiesta no estaban invitados pero se han acabado llevando el mejor manjar.

En la Supercopa de los creyentes el infiel ha resultado Valverde, el único que no creía en el formato porque sabía que era una trampa para él. Parece haber vivido en 24 horas la historia de ‘Las Mil y una noches’, Valverde sabía que esto no podía salir bien porque no creía en sí mismo.

Simeone no podrá contar con esa suerte de fetiche que es Koke, así que tirará de los jugadores que aguantaron la genialidad de Messi sin derrumbarse. Oblak se pudo entrenar con el grupo, después del choque contra Luis Suárez, como también Correa, en el último entrenamiento en Jeddah: jugó 70 minutos ante el Barça cojo y aún así marcó el gol de la victoria.

Los peloteros, de nuevo a escena

Zinedine Zidane seguirá apostando por ese centro del campo que se hizo dueño del balón ante el Valencia, que lo sobaba hasta anestesiar. Marcelo por Mendy es el único cambio que podría introducir Zizou para intentar conquistar su décimo título como entrenador del Real Madrid. Nunca ha perdido una final Zidane con el equipo blanco, siempre le ha ganado a Simeone. Pero el cholismo piensa que Arabia Saudí es un buen lugar para cambiar la historia. El peregrinaje hasta esta ciudad hospitalaria y en proceso de modernización ha valido la pena. La victoria ante el FC Barcelona ha revitalizado una forma de entender el fútbol en la que el corazón sigue dominando a la razón, donde aún se espera que Joao Félix entienda que aquí también puede ser feliz.

Simeone y Zidane posan con las camisetas antes de la final de la Supercopa


A última hora de la noche sólo quedaban 5.000 entradas a la venta, con Enrique Cerezo y Florentino Pérez en el palco acompañando a Luis Rubiales. Cada uno tiene un dios al que adorar.

Previa Real Madrid - Atlético
Previa Real Madrid – Atlético

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