La trama ucraniana pone a Giuliani en el ojo de la tormenta

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Cuando se trataba de Ucrania, Rudy Giuliani se tornó en el mensajero, el perro de ataque y el apañador del presidente Donald Trump, así como un autodenominado entrometido en los asuntos de otro país. Su propósito fue sólo uno: obtener información “muy útil para mi cliente”.

En la versión del informante de la comunidad de inteligencia ofrecida el jueves, Giuliani fue una bola de demolición, destruyendo cosas en un complejo panorama internacional y dejando a los verdaderos enviados diplomáticos la tarea de reparar su “daño”.

Según Giuliani, “yo seré el héroe” en este episodio y quienes lo critiquen ahora son “idiotas”. Tal cual lo dijo a la revista The Atlantic.

Llegó a ser el alcalde de Estados Unidos, el hombre cuyo arrojo y gracia ante la muerte y escombros tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 personificaron su afligida ciudad y le valieron la admiración de un mundo sorprendido.

Ahora incorpora una sensación que resultaba familiar en ese entonces y es familiar nuevamente en la visión de Trump: Si no estás conmigo estás contra mí. Si no me apoyas, eres el enemigo del presidente, del pueblo, del país.

Citando lo narrado por funcionarios estadounidenses en su mayoría no identificados, y reforzado por lo dicho por el propio Giuliani en innumerables ocasiones en Fox News, sus tuits y en entrevistas en periódicos, el informante anónimo reconstruye un esfuerzo sistemático de Giuliani a nombre de Trump para que Ucrania investigue a Joe Biden y su hijo empresario Hunter.

Trump hizo expresamente tal apelación en una conversación telefónica en julio con el nuevo presidente ucraniano: “Me gustaría que usted nos hiciera un favor”, dijo Trump.

Pero el informante va mucho más allá de la conversación telefónica al presentar los esfuerzos de Giuliani de finales del año pasado. Él o ella también delinea la consternación que las intrigas de Giuliani estaban causando dentro del gobierno estadounidense e incluso entre algunas personas en la Casa Blanca misma.

“A partir de mediados de mayo, yo escuché decir a varios funcionarios de Estados Unidos que estaban profundamente preocupados por lo que ellos consideraron una elusión del señor Giuliani de los procesos de tomas de decisiones de seguridad nacional para relacionarse con funcionarios ucranianos y transmitir mensajes de ida y vuelta entre Kiev y el presidente”, declaró el informante.

“Estos funcionarios me dijeron que funcionarios del Departamento de Estado, entre ellos los embajadores Volker y Sondland, habían conversado con el señor Giuliani en un intento por ‘contener el daño’ a la seguridad nacional de Estados Unidos”, añadió el informante.

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Kurt Volker, funcionario estadounidense enviado para las negociaciones con Ucrania, y Gordon Sondland, embajador de Estados Unidos para la Unión Europea, también se reunieron con funcionarios del nuevo gobierno ucraniano y “buscaron ayudar a los líderes ucranianos a comprender y responder los distintos mensajes que estaban recibiendo de los canales oficiales de Estados Unidos por un lado y del señor Giuliani por el otro”.

La denuncia cita artículos publicados sobre encuentros que sostuvo Giuliani con el fiscal general de Ucrania en Nueva York en enero y en Varsovia en febrero, después de una conversación telefónica que tuvo a finales de 2018 con el fiscal predecesor.

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Los asociados de Giuliani viajaron tiempo después a Kiev y se reunieron con el jefe del servicio de seguridad y otro asesor cercano al presidente recién electo, Volodímir Zelenski, sostiene la denuncia.

Este era el mes que el Giuliani mismo planeaba acudir, y fue franco al New York Times sobre su propósito cuando su pretendido viaje salió a la luz. Él intentó presionar para que se realizara una pesquisa que sería de ayuda para la reelección de Trump.

“Estamos interfiriendo en una investigación, lo cual tenemos derecho de hacer”, subrayó. “No hay nada ilegal al respecto”, continuó, si bien “algunos podrían decir que es inapropiado”.

Al día siguiente, él canceló el viaje y se quejó sobre la falta de cooperación del nuevo gobierno ucraniano. Zelenski está “rodeado de enemigos del presidente (estadounidense)”, sostuvo, “y de los Estados Unidos”.

En este periodo, señala el informante, citando el “entendimiento general” de funcionarios estadounidenses familiarizados con el tema, el gobierno ucraniano fue llevado a creer que las posibilidades de un encuentro o una conversación telefónica entre Trump y Zelenski dependerían de si el presidente ucraniano “mostrará disposición para ‘cooperar’”.

En junio, Giuliani tuiteó su frustración sobre el “silencio” de Zelenski respecto a los asuntos a los que él quería que se dedicara.

Luego en julio, de acuerdo con el informante, “yo me enteré de un repentino cambio de política con respecto a la asistencia de Estados Unidos a Ucrania”, específicamente que Trump había dado instrucciones personalmente a todas las agencias estadounidenses de que suspendieran toda ayuda militar a Ucrania.

Una semana después, Trump y Zelenski sostuvieron su conversación telefónica el 25 de julio.


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