La decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos de revertir el derecho nacional al aborto es el último paso de una historia que comenzó en 1973, con el fallo en el polémico caso de Roe contra Wade. Marcado por la división política entre demócratas y republicanos, el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo se ha visto amenazado en más de una ocasión.
Desde las violentas protestas que detonaban en las clínicas de salud hasta la Marcha por la Vida, los manifestantes antiaborto han mantenido una presión constante sobre los legisladores para revertir el fallo que ponía la privacidad de la mujer por delante de las objeciones provida. Ahora, gracias a los nombramientos clave de Donald Trump en la Suprema Corte, se ha materializado en una decisión judicial que ha activado automáticamente las leyes restrictivas de varios estados.
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