La vida de una “bohemia, infiel y drogadicta”, lo nuevo de Luis Landero y otros libros de la semana



Julio Romero de Torres. Retrato de Teresa Wilms Montt. 1920.jpg

La reedición de los textos más confesionales de Teresa Wilms Montt revive algo más que su febril leyenda, los Diarios íntimos de la escritora chilena también abren la puerta a la obra de una autora eclipsada por su intensa biografía: lo tenía todo, talento, educación y belleza, pero su fuerte personalidad la hizo chocar con unas convenciones sociales que desde niña la castigaron por su pasión literaria. En su paso por España, donde no se libró de las puyas machistas, despertó la admiración de escritores como Valle Inclán o Juan Ramón Jiménez. Pero pudo más su tormento, que quedó reflejado en sus escritos: “Estoy abatida, triste, desesperada, en vano clamo al cielo […] va decayendo mi voluntad, y creo que llega al pobre estado de un harapo inservible”. Devastada por la condena a estar separada de sus hijas, y tras varios intentos fallidos, acaba suicidándose en París la Nochebuena de 1921 a los 28 años.

En Una historia ridícula vuelve a brillar la calidad de narrador puro de Luis Landero, capaz de transformar en relato cuanto toca (incluido el pensamiento abstracto) y lo hace mediante la invención de un narrador no fiable, el excéntrico Marcial, que atrapa desde las primeras líneas y hace oscilar al lector entre la simpatía y el desagrado. Marcial pertenece al tipo de criaturas en las que Landero suele retratar la condición humana: seres grises de existencia liviana, perdedores en casi todo, desdichados que se ponen de puntillas vanamente para escapar de su irrelevancia y que se aferran a un sueño irrealizable o a un reconcomio que los mina.

La nostalgia de la Mujer Anfibio se ajusta al mundo narrativo de la escritora gallega Cristina Sánchez-Andrade, que es el de la mujer, con sus sueños, sus quimeras, sus dolores y sus fantasías liberadoras. Y más precisamente, de la mujer en su medio natural, la Galicia rural. Este libro es una fiesta de la inventiva.

Un futuro anterior brilla por muchos méritos. En el acoso de Mauro Libertella al gran tema del amor romántico sobresale la capacidad analítica propia de la novela de primer amor (de Constant a Radiguet). Por eso, la novela tiene el encanto y la frescura de aquellos pequeños tratados sentimentales de soltura “clásica”, el estilo breve, dúctil y elegante, esquivo a la solemnidad. Pero inevitablemente la novela decae cuando los amantes se juntan y llega la gran modorra, definición que acotó Hegel para la última fase de la novela de formación.

Con El capitalista simbólico se cierra la trilogía (junto a El enfermero de Lenin y Retrato del futbolista adolescente) de Valentín Roma en la que el escritor catalán muestra su particular talento para acercar y alejar a su conveniencia el foco de su mirada. De este modo ofrece tanto un análisis minucioso y divertido del proceso de desclasamiento de su alter ego como un trazado panorámico del contexto socio­económico en el que se mueve, así como de los tics y peculiaridades de los tiempos que narra en cada una de las tres novelas.

Nacido de ninguna mujer, de Franck Bouysse, cuenta la vida de Rose, una joven campesina de 14 años vendida por su padre a un hombre que vive en un castillo con su madre, su mujer (a la que nunca vemos) y un mozo de cuadras. No es un autor barroco, todo forma y estética literaria, ni un habitual del thriller, donde los giros de la trama son esenciales. La voz de Rose, en primera persona, es la clave de la narración. Su forma de ver el mundo y el infierno que vive arrastra al lector.

La reedición de los diarios de la escritora chilena reivindica su obra frente a su dramática biografía, por la que fue tachada de bohemia, infiel y drogadicta. Crítica de Elsa Fernández-Santos.

El escritor extremeño vuelve a retratar la condición humana, esta vez a través de un narrador excéntrico y escorado a la majadería que provoca compasión y repulsa. Crítica de Domingo Ródenas de Moya

La narrativa de Cristina Sánchez-Andrade aborda los sueños y fantasías de un tipo de mujer al borde siempre de un ataque de esperanza y libertad real. Crítica de J. Ernesto Ayala-Dip

De la pasión prohibida a la gran modorra de la vida normal. Mauro Libertella desmenuza la moral romántica del presente. Crítica de Carlos Pardo.

El escritor catalán cierra con ‘El capitalista simbólico’ una trilogía autoficcional que alterna la civilización con la barbarie y que aborda desde el género picaresco contemporáneo. Crítica de Mercedes Cebrián.

El autor parte de la vida de una joven vendida a una familia rica para completar, con sus habituales herramientas bien afiladas, un relato ágil, terrible y lleno de sentimiento. Crítica de Juan Carlos Galindo.

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