La voz de Sethunya, en español

Wame Molefhe escribe a paso lento, sin florituras, entre pausas. Describe con sencillez, se empeña en contener sentimientos poderosos para que no se le desboquen entre las líneas, reflexiona entre largos silencios, escarba y desempolva interrogantes, ajusta las palabras precisas a cada gesto y cada acción. Le acompaña en esa cadencia su traductor al español, Federico Vivanco, un enamorado de la literatura escrita en inglés por mujeres africanas, como lo demuestran sus proyectos Ellas [también] cuentan y la traducción de la colección de cuentos de Molefhe titulada Ve, cuéntaselo al sol, publicada en España en el segundo año de la pandemia gracias a una campaña exitosa en Verkami.

Vivanco recuerda que es el primer libro botsuanés traducido al español y no es mal momento para secundarle añadiendo que el país africano se situaba fuera de nuestro mapa editorial si exceptuamos algunas guías, los (pocos) textos imprescindibles de la (brillante y malograda) sudafricana Bessie Head y las novelas de un escocés, Alexander McCall Smith, nacido en Zimbabue y creador de la figura de Precious Ramotswe, la única mujer detective de Botsuana.

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“Wame Molefhe es una autora que la segunda generación de angloparlantes de la zona austral de África”, señala Vivanco en una entrevista, antes de explicar que su primer texto traducido al español, aunque se disfraza de simplicidad, se despliega a través de una arquitectura compleja, que consta de dos partes. En la primera, se entrecruzan ocho relatos alrededor de un nombre, Sethunya, flor y arquetipo o alegoría de la mujer botsuana enfrentándose a diferentes contextos y situaciones. En la segunda, compuesta por cuatro relatos, dos se conectan y los otros dos vuelan por su cuenta, abordando cuestiones como los problemas específicos de la sociedad rural local.

Molefhe eligió el título para expresar que vivimos al sol y que es necesario salir de nuestro escondrijo, de la cueva donde sufrimos en la oscuridad, para ser libres. En su colección se preocupa por la situación de mujeres y hombres en su sociedad, las tradiciones, la identidad, la muerte, la familia, el amor, la xenofobia, las reglas no escritas que nos marcan la vida y nos dictan cómo debemos comportarnos, las formas de ejercer la masculinidad, la muerte de nuevo, el sexo prohibido, la cara B de la maternidad, las esperanzas, los prejuicios, los conflictos por la tierra y las fronteras… Todo lo que no entiende y que se cuestiona a cada paso. Con esa excusa, nos permite imaginar cómo es esa Botsuana estable, callada, desértica y rica, que apenas se asoma a nuestros medios y de la que desconocemos casi todo.

Es increíble lo apasionados que somos para querer separarnos y ser diferentes cuando en realidad somos el mismo pueblo

“Estos relatos fueron escritos hace prácticamente 10 años y se inspiran en muchas de las enseñanzas con las que crecí”, explicaba la autora en un encuentro este verano con clubes de lectura en el marco del Festival Grec. “Realmente, no creo que hayan cambiado mucho las cosas. Me refiero a los mensajes que se dan a las mujeres”.

También expresaba, junto con su desaliento ante esta realidad, algo de prudente confianza en que las cosas evolucionan cada vez más rápido en todo el mundo. Hasta en Botsuana, uno de esos muchos países que se dibujaron caprichosamente, con escuadra y cartabón, en un despacho europeo gracias al consenso de un grupo de extranjeros (hombres blancos) que tomaban té y decisiones sobre el planeta sin el consentimiento de los botsuanos ni sus vecinos.

“Es increíble lo apasionados que somos para querer separarnos y ser diferentes cuando en realidad somos el mismo pueblo”, se quejaba ella en otra entrevista anterior con Vivanco, en la que se explayó sobre los temas que le producen inquietud y le mueven a escribir tanto en esta colección de relatos como en general. Entre esos temas se repite la curiosidad por lo que llamamos hogar, las raíces de la cultura y la identidad que nos marcan, la pertenencia, la otredad; la investigación de lo que forma parte de nosotros y aceptamos, aunque no lo comprendamos bien del todo. También la forzosa necesidad de adaptarnos a nuevos contextos, mejorar, crecer y avanzar. Y nuestra común humanidad.

Molefhe nació en Francistown (Botsuana) y ha vivido casi toda su vida en Gaborone, la capital del país. Es escritora independiente y sus relatos aparecen en varias antologías y revistas literarias. En 2009, publicó su colección de cuentos infantiles Just Once y, en el 2011, Ve, cuéntaselo al sol, su segunda colección de relatos cortos.

Portada de 'Ve, cuéntaselo al sol' de Wame Molefhe.
Portada de ‘Ve, cuéntaselo al sol’ de Wame Molefhe.Editorial Umoja

Su texto Sueños del color del arcoíris, incluida en la antología Ellas [también] cuentan (2017, Baile del Sol) fue finalista del PEN/Studzinski Literary Award, en 2009, y publicado el mismo año, en la antología New Writing from Africa. El relato Sethunya prefiere a las chicas está incluido en la antología Queer Africa, que ofrece una visión sobre lo que supone ser gay, lesbiana o transexual en buena parte del continente. Esta antología ha sido traducida al castellano y publicada en España por la editorial Dos bigotes bajo el título de Los deseos afines.


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