El pasado 27 de junio, en Las Rozas, Laia Codina atendió los micrófonos de Mundo Deportivo para hablar sobre su posible presencia en el Mundial. Un mes y dos días más tarde, a la central se la pudo escuchar de nuevo. Esta vez ya fue en las instalaciones de la Massey University de Palmerston North, en Nueva Zelanda.
Hace unas semanas decías que esperabas estar en el Mundial… y aquí estás.
Si, fueron unas semanas muy intensas porque sabes que hay la posibilidad de ir al Mundial, pero también sabes que puedes no ir. Fue extraño, pero aquí estamos, y soy muy feliz.
Ha sido un año difícil para ti. ¿Estar en el Mundial es algo que te reconforte?
Totalmente. No ha sido un año duro, porque al final te llevas un aprendizaje de todo. Creo que he aprendido mucho, he madurado y veo las cosas desde otra perspectiva. Venir al mundial es desconectar de todo lo que ha pasado este año y empezar desde cero para coger confianza.
Vemos que estás mucho con Jennifer Hermoso… ¿Qué tiene esta jugadora?
(ríe) Jenni es muy especial, es mi mejor amiga en la selección. No solo aquí, también lo fue en el Barça. Nos ayudamos mutuamente y somos dos personas muy alegres. Tiene la voz de la experiencia, y espero disfrutar más con ella.
Ella lleva el 10, tú el 14 esta vez. ¿Por qué luces este dorsal que nunca antes habías llevado?
Era de los que quedaban. Yo no tengo mucha manía con los dorsales, al final cuando sales al campo no piensas en qué número llevas. Mi favorito es el 5, pero si no lo tengo, no tengo supersticiones.
Es el 14 de Cruyff…
Exacto, es especial para el Barça, y también es bonito.
Una de las cosas destacadas en este Mundial para España es la posibilidad de llevar a familiares.
Yo llevo a mi padre y mi madre, pero no coinciden, y mi hermana. Los días libres que nos han dejado los hemos aprovechado bastante. Si que es verdad que con las jugadoras vamos a hacer un café, pero al final las caras son las mismas. Poder estar con la familia y desconectar de verdad, se agradece y a todas nos está dando mucha vida.
Habéis estado en Palmerston North, que es un pueblo de unos 90.000 habitantes. ¿Habéis encontrado la calma que buscabais?
Sí, y lo agradezco porque el hecho de salir del hotel y andar por el pueblo ha estado muy bien, teníamos nuestro sitio de hacer el café y hemos estado bien por Palmerston.
¿Te recuerda a Campllong?
(ríe) Bueno, Campllong es un poco más pequeño, pero si, se acerca más que a una gran ciudad.
Hablando de recuerdos, ¿qué te viene a la cabeza de la Eurocopa sub-19 de 2017, cuando ganasteis la medalla de oro?
El otro día lo comentábamos. El gol de Tere se parece mucho a uno que metió en el europeo. Para nosotras es muy bonito, cuando estás en la sub-19 lo hablas, dices “ojalá un día poder coincidir en la absoluta y jugar un Mundial”…
El 30 de julio España sub-19 jugará la final de la Eurocopa contra Alemania. ¿Qué les dirías a las jugadoras que vivirán lo mismo que tu hace unos años?
Que disfruten, que no se lo tomen como algo de vida o muerte porque cuando estás en las categorías inferiores justo estás empezando. Lo que me llevo de esa etapa son las compañeras, el día a día, no tan el título en sí.