Las claves de las Finales NBA: Estrellas, defensas y secundarios

A pocas horas del inicio de las Finales de la NBA la burbuja de Disney es un hervidero. Los Angeles Lakers y Miami Heat se enfrentan en una lucha por el título en la que solo uno puede quedar vivo. Sus respectivas estrellas, los banquillos y las defensas influyen a la hora de coronar a un nuevo campeón. Estas son las claves de unas Finales históricas.

El duelo de estrellas

Los angelinos cuentan con jugadores de mayor calibre liderados por LeBron James y Anthony Davis, dos jugadores capaces de hacer sombra a cualquiera. Ambos llegan en un estado de forma sensacional a estas Finales y su juego es tan determinante como para decantar la balanza para un lado u el otro con facilidad. LeBron en su faceta de líder y Davis en su búsqueda de consagración suponen un peligro incomparable para Miami.

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Sin embargo los Heat tienen un equipo largo y peligroso. Muchos jugadores llegan a esta eliminatoria en el mejor momento de su carrera. Sin un jugador que destaque por encima del resto, es el núcleo duro de su quinteto el que hace que Miami de mucho miedo. Jimmy Butler, Goran Dragic y Bam Adebayo son la punta de lanza de un equipo listo para dar la última sorpresa en esta burbuja.

Emparejamientos defensivos

La defensa volverá a ser clave en un duelo con varios especialistas como protagonistas. Miami tiene a defensores hábiles listos para intentar frenar a las estrellas angelinas. Con LeBron veremos emparejados a distintos hombres de Eric Spoelstra, desde Jimmy Butler a Jae Crowder, pasando por un viejo conocido del Rey, Andre Iguodala. Nadie ha defendido más a James en el último lustro que el bueno de Iggy.

Anthony Davis es la otra fuerza gravitacional de estos Lakers, igual que Adebayo lo es para Miami. Ambos compartirán muchísimos minutos en cancha y seguro que acabarán hartos el uno del otro. La lógica dice que los dos jugadores estarán emparejados desde el primer momento y serán responsables de frenar la creación de juego que ambos acostumbran a realizar en sus respectivos equipos.

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La zona de Spoelstra

La famosa defensa zonal de Spoelstra. Ningún equipo había sufrido más de 50 posesiones de defensa en zona en la historia de los playoffs y sin embargo, los Celtics tuvieron que atacarla en casi 300 ocasiones ante Miami. Los Heat han hecho de este ajuste defensivo su baluarte, un aspecto del juego poco utilizado en la NBA pero que ha vuelto locos a Boston y Milwaukee, que no han conseguido superarla.

En el caso de los Lakers influyen varios factores a la hora de atacar una zona. En primer lugar la presencia de James, un eje gravitacional tan grande que condiciona todo en la cancha. Además, la capacidad de Anthony Davis de jugar de cara con el balón también facilita la labor de romper la zona. Cobrarán mayor importancia los tiradores angelinos que deberán estar listos en las esquinas para disparar nada más recibir la pelota y obligar a Miami a volver a una defensa individual.

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La revolución del banquillo

Los playoffs se juegan con siete jugadores, ocho siendo generosos. Esto ha sido siempre una regla no escrita pero la verdad que tanto Frank Vogel como Eric Spoelstra no han terminado de seguirla durante su tiempo en la burbuja. Ambos entrenadores han encontrado en sus segundas unidades los contextos perfectos para mantener una rotación bastante fluida.

Los angelinos cuentan con Rajon Rondo o Markieff Morris, dos jugadores que les ofrecen la versatilidad suficiente para alterar sus quintetos de gala y jugar a otra cosa si el partido se pone cuesta arriba. Algo parecido sucede con Miami, que tiene gente capaz de dinamitar el encuentro en cualquier momento saliendo del banquillo como Tyler Herro o el propio Iguodala, que ya demostró ante Boston que su puntería sigue intacta.

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Dureza del juego y rebote

Hay una frase histórica de Pat Riley, ahora presidente de los Heat pero entonces entrenador de los Lakers, que decía que “
sin rebotes no hay anillos
”. Los dos equipos de Riley se enfrentan en estas finales y la batalla en los tableros puede ser una de las claves que decante la balanza. Los angelinos masacran a sus rivales en puntos de segundas oportunidades, aquellas canastas logradas tras errar un lanzamiento y coger el rebote ofensivo.

Con jugadores como Anthony Davis, JaVale McGee o Dwight Howard resulta inevitable pensar que el rebote es una certeza para los Lakers. Sin embargo, la disposición del quinteto de Miami puede que les obligue a jugar muchos minutos con Davis al cinco, forzando una alineación más pequeña donde la velocidad prime por encima del tamaño. Los contactos y ver cómo los jugadores se las arreglan para cerrar los rebotes pueden acabar rompiendo el equilibrio entre ambos equipos.


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