Las condiciones de detención de niños inmigrantes en Texas sacuden a la agencia de fronteras de EE UU

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John Sanders, a la izquierda, y el senador Lindsey Graham, el pasado mayo. Foto: AP | Video: REUTERS

Las condiciones en las que están detenidos al menos 300 menores inmigrantes en un centro de Texas han provocado una ola de indignación en Estados Unidos que ha puesto contra las cuerdas al Departamento de Fronteras. El domingo, la mayoría de los menores fueron trasladados fuera del centro. El lunes, el jefe interino del departamento, John Sanders, anunció a sus empleados por correo electrónico que se disponía a presentar su dimisión.
La primera información procedía del centro de detención de Clint, Texas, al este de El Paso. Un equipo de abogados tuvo acceso la semana pasada a las instalaciones, diseñadas para un centenar de detenidos, y pudo entrevistar a unos 50 menores para ver si se cumplían las condiciones legales de detención. Allí se encontraron con niños de 7 y 8 años que se hacían cargo de los más pequeños, niños sin pañales que se manchaban la ropa. La mayoría de los menores allí alojados no se había cambiado de ropa desde su llegada; algunos niños dijeron que no podían dormir por hambre. Muchos duermen en el suelo con dos mantas.

Casi todos los menores entrevistados tienen padres o familiares en Estados Unidos que podrían hacerse cargo de ellos, según los abogados. Estas entregas se procesan a través de los servicios sociales, pero el departamento también asegura que está desbordado y no puede procesar todos los casos a la velocidad que debiera.
Los niños no tenían cepillos de dientes, ni jabón, ni acceso a baños. Algunos llevaban allí un mes, a pesar de que la ley obliga a que sean entregados a los servicios sociales en tres días. Al menos 15 tenían gripe y otros 10 estaban en cuarentena por otras cuestiones médicas. Warren Binford, una de las abogadas, dijo a The New Yorker que los niños les explicaron que nadie se hacía cargo de los más pequeños. “Los guardias preguntan a los niños más mayores: ‘¿Quién quiere hacerse cargo de este pequeño? Y traen a un niño de dos o tres años”.
El pasado mayo, la inspección del propio departamento había alertado de una “superpoblación peligrosa” en un centro de procesamiento de inmigrantes en El Paso donde se encontraron con 900 inmigrantes en un lugar diseñado para 125 personas. En una celda para 35 personas había 155, una situación que les impedía dormir en el suelo o acercarse al único baño de la estancia.
El domingo, las autoridades confirmaron que 249 de los menores habían sido trasladados a otros centros de Texas. Esta zona es la que más presión está sufriendo por la llegada de familias inmigrantes centroamericanas en relación con los recursos que tiene. El lunes, sin embargo, el departamento dijo que había enviado de vuelta a 100 menores al centro de Clint, sin poder confirmar cuántos menores se encuentran allí actualmente. Un portavoz del Gobierno que no quiso ser citado negó las acusaciones de los abogados sobre las condiciones de este centro.


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