Las decisiones del Alavés de alquimista imprudente


Vive el Alavés en este curso una sorprendente temporada de extremos. En la primera vuelta se granjeó la admiración de todos al conseguir 32
puntos, la mejor puntuación de su historia. Sin embargo, el desplome vivido en esta segunda parece no tener fin y ahora mismo vive la peor racha de su actual etapa en Primera
División. Si en la primera mitad de competición logró números de equipo de competición europea, en esta segunda sus dígitos son de descenso, siendo el tercer peor equipo de este tramo. Logró el Pitu
Abelardo la fórmula perfecta. Con paciencia y trabajo moldeó la fórmula para sacar un rendimiento increíble a una plantilla limitada, pero también confeccionada a su medida por Sergio
Fernández, un director deportivo que sabe moverse con extrema habilidad en el mercado persa de los fichajes.

El órgano rector del club decidió priorizar la solidez económica y dejó salir a Ibai y Sobrino, dos piezas muy importantes para la fórmula de Abelardo

La ecuación hallada por el técnico asturiano fue la perfecta, pero ahora se ha revelado extremadamente frágil, demasiado dependiente de determinados elementos, un reducido número de futbolistas clave que ofrecieron un rendimiento estelar hasta que les duraron las fuerzas. Sin embargo, las decisiones tomadas por el órgano rector del Alavés durante el mercado invernal ejercieron de alquimista imprudente. Sin pretenderlo, alteraron la fórmula mágica, el equilibrio logrado en el equipo en la primera vuelta. Con la marcha de Ibai y Rubén
Sobrino, quedaba claro que el Alavés perdía a dos hombres muy importantes. Por lo visto en esta segunda, queda demostrado que el club no ha sabido encontrar a sus sustitutos adecuados a la hora de reforzarse en el mercado invernal.

Desequilibrado

Alcanzó el Alavés el ecuador de la Liga en situación en extremo privilegiada. Con 32
puntos y una renta importante sobre los equipos que trataban de alcanzar la zona europea, se dieron los condicionantes ideales para realizar una apuesta económica y deportiva para intentar saborear el premio de volver a disputar un torneo continental en el próximo curso. No obstante, el órgano rector del club decidió priorizar la solidez económica y dejó salir a Ibai y Sobrino, dos piezas muy importantes para la fórmula de Abelardo. Mientras el de Santutxu era un referente clave en ataque por banda diestra, el de Daimiel consiguió darle un extra al equipo cuando estaba sobre el césped, como titular o como suplente, bien como segundo punta o bien escorado en banda derecha. Los números ambos son contundentes: Ibai jugó 17 de 18
encuentros, con 1.452 minutos disputados y 3
goles.

Sobrino tomó parte en 20 de 21
duelos, con 962
minutos y otras 3
dianas. Entre ambos, 37 de 39 duelos, 2.414 minutos y 6 dianas. No ha sabido el club encontrar a los recambios apropiados para suplirles. Los números así lo demuestran. Inui ha jugado 12 de 15
partidos, con 831
minutos y 2
goles. Diego
Rolan, recurso de Abelardo en este tramo final, 8 de 17
duelos, con 223
minutos. Por último, la participación de Álex
Blanco ha sido testimonial, con 1 único choque de 17 y sólo 9
minutos. Entre los tres, han jugado 21 de 49
encuentros posibles, con 1.063
minutos y sólo 2
goles. Además, su menor aportación ha provocado un catastrófico desequilibrio en ataque. Desde el parón de marzo, el Alavés sólo ha sido capaz de crear peligro de las bandas, fiando sus recursos ofensivos al balón parado, a la inspiración de Jony y al olfato de gol de Calleri. Demasiado poco para una categoría tan exigente como la Primera
División.

En la primera vuelta, el impenetrable Alavés recibió 19 en 19
jornadas. En la actual, lleva la friolera de 30 en 18
envites

Roto
atrás

Otros factores han provocado el brutal bajón. Las lesiones y las tarjetas han dinamitado el eje central defensivo. Laguardia y Maripán no han podido jugar juntos en ninguno de los 9 duelos que lleva el equipo sin ganar, mientras que Tomás
Pina y Manu han acusado el elevado número de minutos. Darko no ha terminado de cuajar en la zona ancha y Wakaso, un inagotable caudal en lo físico, no termina de convencer al asturiano. De este modo, la cifra de goles encajados se ha elevado de manera peligrosa. En la primera vuelta, el impenetrable Alavés recibió 19 en 19
jornadas. En la actual, lleva la friolera de 30 en 18
envites, demasiados para cualquier aspirante a la salvación.


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