Las frases icónicas del pintor Paul Cézanne en el día de su muerte

Paul Cézanne fue uno de los pintores más destacados del impresionismo del siglo XIX al XX. Destaca por importantes obras que han pasado  a la posteridad y que han inspirado a muchos artistas que han llegado después. Por esto le rendimos homenaje con las frases icónicas del pintor Paul Cézanne en el día de su muerte.

Destaca por sus trazos y el color que está muy presente en cada una de sus obras. Tal es su importancia que ha servido de inspiración para otros pintores destacados como fueron Matisse y Picasso, cuyas obras están influencias por el artista en el que nos detenemos hoy.

Las citas que debes saber de Paul Cézanne

No hay que pintar lo que nosotros creemos que vemos, sino lo que vemos.

El Museo del Louvre es el libro en que aprendemos a leer. Pero salgamos de allí para estudiar la bella naturaleza, tratemos de extraer su espíritu, intentemos expresarnos siguiendo nuestro temperamento personal. El tiempo y la reflexión, por otra parte, modifican poco a poco la visión, y finalmente nos llega la comprensión.

La luz no es una cosa que puede ser reproducido, sino algo que debe ser representado usando otra cosa… Colores. Son las frases icónicas del pintor Paul Cézanne en el día de su muerte.

Hay que tratar a la naturaleza a través del cilindro, la esfera, el cono, estableciendo una perspectiva global, de modo que cada lado de un objeto, de un plano, se dirija hacia un punto central.

Tratar a la naturaleza por medio del cilindro, la esfera, el cono todo puesto en perspectiva adecuada… Dirigirse a un punto central.

Cuando juzgo el arte, tomo mi pintura y la pongo al lado de un objeto hecho por Dios como un árbol o una flor. Si choca, no es arte.

Cuando delineo la piel de un hermoso melocotón con suaves toques de pintura o una triste manzana vieja, vislumbro en los reflejos que intercambian la misma suave sombra de renuncia, el mismo amor al sol, el mismo recuerdo. del rocío … ¿Por qué dividimos el mundo? ¿Refleja esto nuestro egoísmo? … El prisma es nuestro primer paso hacia Dios, nuestras siete bienaventuranzas.

No se trata de pintar la vida, se trata de hacer viva la pintura.

El genio es la capacidad de renovar las emociones en la experiencia diaria.

Pintar de la naturaleza no es copiar el objeto; es darse cuenta de las sensaciones.


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