Tanto Ellie como Abby cometen atrocidades horribles a lo largo de la nueva aventura de Naughty Dog. Sin embargo, uno de ellos tiene más cicatrices emocionales al final.
[Warning: Spoilers for The Last of Us: Part 2 below]
En todo El último de nosotros, parte 2 narrativa, tanto Ellie como Abby son cambiados por sus tres días y noches en Seattle. El alboroto impulsado por la venganza de Ellie a través de todos los amigos de Abby es una aventura inquietante que a menudo obliga al jugador a participar de maneras inquietantes. A pesar de esto, es difícil no sentir simpatía por Ellie y su posición. Poco después de los eventos del primer juego, puede unirse con Joel, la figura paterna que nunca tuvo. Ver la comodidad y la tranquilidad que Joel proporcionó quitado de una manera tan brutal es inmensamente desgarrador.
Sin embargo, Naughty Dog no tenía intención de hacer que la historia de Ellie fuera unilateral. A mitad del juego, el jugador juega como Abby, cuyo objetivo principal hasta ese momento era asesinar a Joel Miller. Después de lograr su objetivo, traumatizando a Ellie en el proceso, lucha por encontrar qué propósito. Mientras que el viaje de Ellies es de venganza, el de Abby es más de redención. Ella encuentra sentido en su amistad con Lev y se convierte en una persona de mente más abierta por eso. En muchos aspectos, su historia se parece mucho a Joel, pero al igual que él, no puede escapar de las consecuencias de lo que hizo.
Si bien el crecimiento de Abby es encomiable dado su pasado, todavía hay un marcado contraste entre ella y Ellie en The Last of Us 2, particularmente en la forma en que Ellie y Abby reaccionan al dolor y la muerte que causan. Al comienzo del juego, se muestra que Abby no solo se compromete con la mutilación de Joel, sino que también se deleita con ella. Ella lo mata de una manera repugnantemente degradante, una que, comprensiblemente, proporciona un trauma para Ellie para siempre. Incluso después de esto, Abby básicamente no muestra signos de remordimiento, trauma o duda en sus acciones. Incluso cuando invade el teatro para emboscar a Ellie y la fiesta, no tiene ningún problema en matar a Jesse (alguien con quien no tiene historia) por aparentemente una pequeña razón. Cuando gana la pelea contra Ellie y Dina, les pega a los dos. Cuando Ellie le ruega que no mate a Dina, declarando que está embarazada, Abby responde diciendo “bien”. De hecho, la única razón por la que no asesina a Ellie y Dina en ese momento se debe a la obvia vacilación y disgusto de Lev por las acciones de Abby.
¿Por qué Ellie parece más realista que Abby?
Por supuesto, este ataque solo ocurre después de que Abby ha encontrado a todos sus amigos asesinados por Ellie. Su ira y rabia están justificadas, pero su falta de remordimiento o arrepentimiento también es bastante evidente. Esta mentalidad endurecida está en completo contraste con la de Ellie. Cada vez que Ellie mata a uno de los amigos de Abby, muestra signos de trauma e inseguridad. El ejemplo más potente es después de que Ellie tortura a Nora para obtener información de ella. Si bien Ellie ha cometido un horrible acto de violencia, después de su regreso al teatro, queda claro que tiene cicatrices para siempre. Parece que está al borde de las lágrimas, su respiración no es constante y está distante de Dina. Está reconociendo el peso de la atrocidad que cometió y está asqueada consigo misma.
Mientras tanto Ellie como Abby han cambiado para siempre al final de El último de nosotros parte 2, Ellie se muestra menos cómoda con matar. Abby es válida en su sentimiento de odio hacia Joel, pero no se arrepiente ni duda durante todo el proceso. Esto es diferente a Ellie, que progresivamente se vuelve más y más traumatizada por las acciones que ha cometido. El nuevo trauma de Ellie y la improbable redención de Abby podrían explorarse aún más en el futuro con una nueva entrega.