EL PAÍS

López Obrador afirma que cederá el liderazgo de su movimiento a quien gane la encuesta de Morena


Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard luego de que el partido aprobó las reglas para la interna, el 11 de junio.Isaac Esquivel (EFE)

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que entregará en septiembre el bastón de mando de su movimiento político al aspirante que gane la encuesta con la que Morena definirá quién será su candidato o candidata presidencial. “Hay un proceso de renovación en la dirección del movimiento de transformación de Morena. Yo ya voy a entregar la estafeta, una vez que haya coordinador o coordinadora del movimiento de transformación. Yo en septiembre dejo de representar al movimiento de transformación y surge un dirigente, hombre o mujer, que se va a hacer cargo de la conducción de todo el proceso hacia adelante”, ha afirmado este lunes en su conferencia. “Porque si bien es cierto que yo no he abandonado las funciones de Gobierno, también mucha gente me ha visto como el dirigente del movimiento de transformación en México. Entonces ya entrego esa responsabilidad y me dedico un año a concluir todo lo relacionado con las obras de Gobierno, no dejo de ser presidente hasta finales de septiembre del año próximo [cuando concluye su periodo], pero ya hay un dirigente del movimiento”, ha añadido.

Las palabras del mandatario tienen un gran alcance, porque demuestran que del proceso interno de Morena no surgirá simplemente el candidato presidencial del oficialismo para los comicios del próximo año, sino que esa persona también recibirá, directamente de las manos de López Obrador, la herencia del movimiento construido a lo largo de décadas por el dirigente, de modo que no solo será abanderado del partido sino que también tendrá el reconocimiento del presidente como sucesor espiritual. López Obrador ha dicho en varias ocasiones que, una vez concluido su periodo como jefe del Ejecutivo, el 30 de septiembre de 2024, se retirará a su rancho en Chiapas, y ha prometido que no tendrá incidencia en las decisiones del próximo Gobierno ni figurará como asesor ni guía. Las declaraciones de este lunes parecen confirmar esos avisos.

“Eso es lo que se está haciendo [elegir un nuevo dirigente], eso es el proceso, y hay unidad. Desde luego, ¿quién no quisiera ser dirigente del movimiento de transformación nacional, que es un movimiento muy importante por lo que representa? Es la esperanza de los mexicanos, sobre todo de la gente más humilde, pobre, es el desterrar la corrupción, establecer una nueva política”, ha descrito en su conferencia. López Obrador asumió desde hace algunos meses el papel de conductor del proceso interno de Morena, con el fin de evitar divisiones y descarrilamientos. El mandatario impuso reglas que han suscrito los cuatro contendientes del oficialismo: la ex jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, el excanciller Marcelo Ebrard, el exsecretario de Gobernación Adán Augusto López y el senador con licencia Ricardo Monreal. En la interna también compiten el diputado Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, y el senador Manuel Velasco, del Verde, ambos aliados de Morena.

Debido a que aún no inician los plazos establecidos por la ley para las campañas y las precampañas, el partido oficialista ha inventado el concepto de “coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación” para justificar que los aspirantes estén en abierta campaña por todo el país. Los periodistas presentes en la conferencia le han hecho notar a López Obrador que las corcholatas —nombre popularizado para los aspirantes de Morena— se encuentran en una batalla electoral por demostrar quién es más cercano a él. El mandatario no encontró problema en ello. “Qué bien, porque hay coincidencias, ¿cómo no voy a tener coincidencias con todos los que están participando? Todos son muy cercanos, son mis hermanos, tengo cinco hermanos y una hermana”, ha dicho.

El presidente ha afirmado que, al contrario, le preocuparía que los interesados en sucederlo se separen de los ideales de su movimiento. “Es que somos muy parecidos, venimos de un movimiento, todos han participado, y también aclarar que nosotros ya encontramos también abierto el camino por muchos que nos antecedieron, muchos precursores de esta lucha. […] Entonces, vienen detrás, y qué bueno que no se alejen del pensamiento y de las acciones que estamos llevando a cabo para la transformación. Me preocuparía que empezara alguno a decir ‘eso de apoyar a los adultos mayores es populismo’, qué diría yo, ‘cruz, cruz, que se vaya el demonio y que venga Jesús, que luchaba por los pobres,’ porque esa es la mentalidad conservadora”, ha señalado.

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